En la sesión de control al Gobierno municipal en el Pleno ordinario del Ayuntamiento de la capital del Estado, Botella reiteró que los cuadros vendidos por Madridec se adquirieron en su día “sin criterio museístico, sino para decoración de los despachos”, y subrayó que su venta por parte de una empresa municipal con “serias dificultades económicas” “se ajusta a derecho” desde el punto de vista del patrimonio histórico-artístico, al no estar dicha obras protegidas por la legislación regional correspondiente.

Los cuadros costaron a las arcas del Ayuntamiento en 1990 medio millón de euros. Su reciente subasta, 51 obras de un total de 180, se saldó con un ingreso de 322.000 euros. Entre las obras vendidas, de Manuel Miralles, José Guerrero y Manuel Rivera.

En su intervención, Botella aseguró que la subasta de estos “activos improductivos”, como los definió, “se ha hecho por un procedimiento completamente ajustado a derecho” y, admitió, “por necesidades de caja”. Además, agregó, estos cuadros “estaban en espacios poco frecuentados” por los clientes de Madridec y “su mantenimiento era muy caro”.

Pero el portavoz de IU, Ángel Pérez, lamentó que “en cuatro horas el Ayuntamiento ha perdido 144.000 euros” y criticó el tratamiento dado por la alcaldesa a estas obras de arte al reducirlas a “objetos de decoración” y dando a entender que “a quienes las han comprado les vale para poner al lado de la sevillana encima de la televisión”, ironizó.

“Usted ofende a todos”, espetó Pérez a Botella, a quien acusó de “vender todo: ¡Qué jefa de planta se ha perdido con usted el Corte Inglés!”, apuntó.

Por su parte, el portavoz del PSM, Jaime Lissavetzky, inquirió a la alcaldesa si “cree que este es el mejor momento para vender arte”, tras señalar que se esperaba recaudar tres millones de euros pero se lograron 322.000 euros”. “¿Va a haber algún responsable de este desatino?”, se preguntó.