“Es absurdo que nos descalifique llamándonos radicales o que diga que somos el sindicato de no sé qué partido político”, explicó Brañas, quien señaló que “somos radicales en la defensa de la sanidad pública, que no es ni más no menos que ir a la raíz del problema, por cierto creado por la Consejería de Sanidad, que es la venta al mejor postor de lo que fue construido con el dinero de todos los madrileño”.

Tras mostrar su satisfacción por la decisión del juez de admitir a trámite la querella de AFEM sobre la primera fase de privatización sanitaria en la Comunidad de Madrid, dijo que “también estamos a la espera de que se resuelva favorablemente el contencioso planteado contra la externalización de la gestión de seis nuevos hospitales públicos y de que se paralice este proceso que tanto está dañando a los trabajadores y a los usuarios de la sanidad pública”.

“Esperamos que se produzca una resolución lo antes posible, antes incluso de la apertura de sobres con la puntuación de las empresas que optan a gestionar parte de nuestra atención sanitaria”, manifestó.

UNA ROCA EN EL CAMINO

Por otro lado, afirmó que “todo este proceso privatizador supone una roca en el camino que impide trabajar para mejorar el funcionamiento de la sanidad pública, que necesita, sin duda, optimizar recursos para adaptarse a los nuevos tiempos”.

A su juicio, AFEM “no nació para posicionarse en la batalla política o sindical dentro de la sanidad pública, ni para trabajar por la politización, en un sentido u otro, de la atención sanitaria”.

“AFEM se creo para defender los derechos y la dignidad de los profesionales médicos y para defender el derecho de los pacientes a ser atendidos con tiempo y medios necesarios para cuidar de su salud”,

Consideró que “hasta que no se despeje el camino, cubierto de actos nada saludables como meter con calzador la privatización, costará mucho mirar al futuro cercano con optimismo y garantías de que el derecho a la salud y a la atención universal, gratuita y de calidad no se verá amenazado por la voracidad del mercado y de las empresas que ganarán dinero mientras los ciudadanos perdemos”.

“No estamos contra nadie ni queremos derribar gobiernos, como dice el consejero cuando se queda sin argumentos para rebatir lo que hace y muchos no compartimos, sólo queremos una sanidad pública que considere el gasto sanitario una inversión y no un dolor de cabeza presupuestario”.