Esta mesa negociadora debe abordar, con premura, las cuestiones más ‘políticas’ del proyecto de fusión como son el reparto de sedes y el organigrama directivo de la futura entidad, aspectos éstos en los que embarrancó el anterior proceso de fusión a tres bancas, con Caja Burgos, el pasado 10 de noviembre.

Una vez que los consejos de administración de Caja España y Caja Duero refrendaron su voluntad de acometer un proceso de fusión entre ambas entidades, los presidentes anunciaron que se empezaba de cero, lo que incluía volver a negociar un reparto de las futuras sedes de la entidad, del nuevo equipo de dirección y un nuevo estudio técnico, que elaboraría la consultora KPMG, para analizar las condiciones de la unión, el ajuste en personal y oficinas y las necesidades de apoyo a través de los préstamos del Fondo de Reestructuración y Ordenación Bancaria (FROB).

Precisamente, mañana, los equipos directivos de Caja España y Caja Duero presentarán a los responsables del Banco de España el borrador preeliminar que recoge el plan de negocio derivado del proyecto de fusión de las dos entidades que ha sido elaborado por la consultora, para de este modo cumplir con el calendario.

FROB

Ambas entidades deben acelerar su proceso de negociación para cumplir con un nuevo plazo dado por el Banco de España y solicitar de forma conjunta los préstamos del FROB antes de finalizar el año para que haya garantías de recibir el visto bueno de las autoridades europeas.

El calendario previsto para completar el proceso incluye la aprobación por parte de los consejos de administración de las dos cajas en el mes de febrero, mientras que las asambleas de las entidades, que tienen que dar su visto bueno definitivo, se celebrarían en el mes de marzo, con el objetivo de que la nueva entidad empezase a operar el 1 de julio.