Mas intentó demostrar ayer que el rumbo del Gobierno catalán lo fija él y no sus socios de Esquerra Republicana. El presidente de la Generalitat presentó la hoja de ruta de su Ejecutivo para la legislatura y, sin renunciar a la consulta soberanista, dejó claro que no está ni por la vía del independentismo exprés, ni por la declaración unilateral de independencia.

Para enfriar las expectativas de los sectores más soberanistas, Mas insistió en que gobernar es algo más que impulsar la independencia y que, en cualquier caso, es necesario el diálogo con el Gobierno de Mariano Rajoy.

Esta mañana en los pasillos del congreso, Durán aseguró que Mas no ha cambiado de postura porque siempre rechazó los procesos unilaterales como los de Kosovo y se comprometió a hacer una consulta legal.

El líder de UDC insistió en que un eventual aplazamiento de la consulta más allá de 2014 está contemplado en el pacto suscrito entre CiU y ERC que menciona que si “concurren determinarse circunstancias políticas, económicas o sociales podría retrasarse”.

A juicio del portavoz de CiU en el Congreso un retraso de la fecha de la consulta no “se aparta de la lógica y la coherencia” y, en ningún caso, supone “rectificar su posición, sino marcar el contexto en el que se puede mover” el Gobierno durante esta legislatura.

En cuanto a las relaciones de los dos socios de la coalición catalanista, Convergencia y Unió, Duran dijo que “hay un objetivo común que es hacer una consulta que sea legal y que se haga con el máximo apoyo posible de fuerzas. Pero una consulta no significa ir a la independencia ni este tipo de cosas”.

Mientras se mantenga este escenario, Unió no protestará, pero “si alguien se apartase de este contexto, entonces tenemos derecho a discrepar, pero hasta la fecha nadie se ha apartado de este contexto”, aseguró.