Según informó el Gobierno, la modificación afecta a la casi totalidad de la ley de 1998, al incorporar a su articulado referencias a las municiones en racimo y los restos explosivos de guerra, de acuerdo con las nuevas obligaciones asumidas por España al adoptar la citada Convención y el Protocolo V sobre restos de explosivos de guerra de la Convención sobre ciertas armas convencionales.

El título de la ley pasará a ser "de prohibición total de minas antipersonal, municiones en racimo y armas de efecto similar", en tanto que se explicitará la prohibición total del empleo, almacenamiento, producción y transferencia de estas municiones y la destrucción de sus existencias. Sólo se conservará una cantidad mínima de municiones en racimo para el desarrollo de técnicas de detección, limpieza y destrucción.

Aunque España ya destruyó las municiones de racimo que estaban en posesión de las Fuerzas Armadas antes de la entrada en vigor de la Convención, el anteproyecto de Ley compromete el apoyo financiero de España para programas y proyectos internacionales para la eliminación de restos de explosivos de guerra y la asistencia a las víctimas.

A este respecto, España dedicará especial atención a la cooperación técnica y de formación a personal experto en técnicas de desminado y de desactivación de restos explosivos de guerra y de artefactos improvisados de países afectados.