En la rueda de prensa posterior a la Junta de Gobierno, Gallardón dijo que ayer hubo un empeoramiento de la circulación en la capital, pero no debido a fallos internos o a incidentes de tráfico importantes dentro de la ciudad, sino como consecuencia de los accidentes y los atascos que se registraron en las carreteras de acceso a Madrid, que se proyectaron en la ciudad al entrar todos los vehículos juntos.

A juicio de Gallardón, no se pueden dimensionar las infraestructuras para circunstancias excepcionales en el tráfico, como las que se producen con la lluvia, porque supondrían un coste injustificado; pero sí hay que hacer una serie de inversiones para minimizar lo que ocurre en las vías de acceso a Madrid cuando las circunstancias climatológicas son adversas.

Destacó que, además de una rápida actuación para liberar la calzada cuando hay accidentes, son necesarias medidas estructurales, la más importante, según el alcalde, la apuesta por un transporte público de calidad no sólo dentro de la ciudad, sino en toda el área metropolitana.

En este sentido, dijo que los anuncios por parte del Ministerio de Fomento de la reactivación del plan de Cercanías y de aumentar la capacidad de la M-40 mediante la construcción de vías de servicio son "una buena noticia que va encaminada en esta dirección de la solución".

Además, para Gallardón, otra "asignatura pendiente" es la construcción de aparcamientos disuasorios en las entradas a Madrid, "a precios claramente bonificados", desde los que se pueda acceder a la ciudad a través del transporte público. Recordó que Madrid recibe un millón de vehículos todos los días, y que es necesario reducir ese flujo mediantes alternativas atractivas para el conductor.

Gallardón se mostró convencido de que con este conjunto de medidas, "situaciones como las que ayer se produjeron, no digo yo que sea imposible que vuelvan a reproducirse, pero lo que tenemos que buscar es que tengan un carácter absolutamente ocasional y no frecuente en nuestro calendario".