"Los beneficiarios de nuestro programa de ayuda invernal en Afganistán son una mezcla de refugiados vulnerables que han regresado recientemente y los desplazados internos, así como otros en riesgo particular por el frío invierno", dijo Ewen Macleod, representante de Acnur en Afganistán.

Acnur alberga en sus oficinas regionales de Afganistán más de 177.000 mantas, 60.000 láminas de plástico, 60.000 bidones y 620.000 artículos de ropa de abrigo, como mantas, jerseys, zapatos y calcetines, material listo para ser distribuido en este invierno.

Además de esta ayuda no alimentaria y de material de calefacción, unas 72.000 personas recibirán un bono en efectivo por valor de 30 dólares (unos 20 euros) para que puedan comprar calefactores.

La agencia de refugiados se ha unido con el Gobierno y sus socios locales para garantizar que la ayuda llegue a las zonas más inaccesibles y que las familias rurales en extrema necesidad también puedan ser asistidas.

Este programa de Acnur concluirá a finales de diciembre, aunque esta agencia de la ONU anima a los donantes a que dirija su asistencia a las comunidades periféricas, como las personas internamente desplazadas en la provincia de Ghazni y los refugiados recién llegados a las provincias de Logar y Wardak, algunos de los cuales aún están sin tierra y sin casa.

Más de 52.000 afganos han regresado desde Pakistán e Irán a sus casas gracias a una operación de retorno voluntario puesta en marcha por Acnur durante este año.