En un comunicado, la CECA se refería así a la Ley de Cajas de Ahorros que ha aprobado el Gobierno, y destacó que esta norma “evita un modelo de venta forzosa, con plazos prefijados, que, en las condiciones actuales, abocaría a pérdidas de valor”.

“El sistema propuesto, a través de obligaciones de exigencia creciente conforme aumenta la participación de las Fundaciones Bancarias en sus bancos, permite una desinversión gradual y prudente”, agrega la Confederación.

Por otra parte, indicaron que la norma recoge las aspiraciones del sector en lo relativo a la mejora del gobierno corporativo y la “clarificación” del régimen jurídico de las cajas de ahorros y las fundaciones bancarias.

En lo relativo al fondo de reserva de las fundaciones y al reparto de dividendos de los bancos de cajas, la CECA aspira a que el nuevo régimen permita la continuidad de la Obra Social y el modelo de negocio bancario minorista propio de sus entidades adheridas.

En cuanto a la composición de los consejos de los bancos participados, la organización confía en que el nuevo régimen permita un “adecuado” ejercicio del derecho de propiedad por parte de las fundaciones bancarias, a través de consejeros dominicales de conformidad con los estándares de buen gobierno corporativo.