El percance multitudinario ocurrió, de acuerdo con las mismas fuentes, seguramente, por una conjunción de factores: la novedad del trazado, la asistencia de cerca de do mil personas al encierro y, sobre todo, el entaponamiento de la entrada principal de la plaza con una masa de corredores caidos, que impidio el normal paso de los toros.

Al no poder franquear el acceso al coso, los toros perdieron el rumbo y, en su mayoría, se volvieron encontrándose de frente a muchos corredores que acababan de superlos.

De los cuatro heridos graves, el que a media mañana de hoy presentaba un estado más preocupante era Julio Gárgoles, de 22 años, que sufrió una herida por asta e toro en el glúteo derecho, con derrame interno porque también le atravesó los intestinos.

También seguían graves Ignacio Altozano, de 18 años, con dos cornadas en el pulmón derecho, y Alfonso Lecina, de 13 años, que sufre una herida profunda de asta de toro en el muslo izquierdo, y que, además, cayó al suelo desde una valla en la que estaba subido para resguardarse. Permanecía en la unidad de cuidados intensivos del hospital general del Insalud en esta capital, en el que fue ingresado hacia las dosmedia de la madrugada, al igual que los restantes heridos.

La alcaldesa de Guadalajara, Blanca Calvo, de Izquierda Unida (IU), convocó a los restantes miembros de su equipo de gobierno, con el fin de hacer una valoración sobre lo sucedido.

La alcaldesa calificó lo ocurrido de "algo verdaderamente trágico" y dijo que nunca habría pensado que un encierro nocturno pudiera provocar tanto daño.

Las mismas fuentes municipales no descartaban que, finalmente, el ayuntamiento acuerde suspender los ecierros e, incluso, las propias fiestas, según sea la evolución de los heridos más graves.