La plataforma mantiene la fecha porque, “aunque no haya sesión plenaria, sí va a haber actividad en el Congreso, con asuntos importantes como son la dación en pago y los nuevos presupuestos”.

Asimismo, considera “importante” mantener la fecha de la convocatoria, dado que el viernes 26 “se producirá el anuncio de un terrible paquete de medidas que hundirán todavía más al conjunto de personas”. “Debemos hacer todo lo que esté en nuestra mano para que esos recortes nunca lleguen a presentarse resistiendo desde el día 25 hasta que sea necesario”, señalan los convocantes.

Para la Plataforma En Pie, la “cancelación” del pleno de mañana es “un triunfo de la propia convocatoria, y una muestra de la cobardía y debilidad de un régimen ilegítimo cuyos representantes se esconden del pueblo, y de un Gobierno cuyo presidente ya ni siquiera se presenta ante la prensa sino a través de una pantalla de televisión”. “Esta cancelación es la prueba de que por fin el miedo está cambiando de bando”, señalan.

Además, consideran una “desfachatez” que los parlamentarios “pongan como excusa” que no tienen ningún debate pendiente de decretos ley y de proyectos legislativos para el 25 de abril, habida cuenta de “la grave situación que está atravesando el pueblo al que dicen representar, y la supuesta importancia que tiene su cometido”.

El objetivo de la convocatoria de la Plataforma En Pie para mañana es el “asedio” y la “liberación definitiva” del Congreso de los Diputados. Persiguen “la caída del régimen (dimisión del Gobierno, disolución de las Cortes y de la Jefatura del Estado) y la apertura de un proceso de transición hacia un nuevo modelo de organización política, económica y social, verdaderamente justo y solidario”.

En su blog, la Plataforma en Pie señala que la convocatoria es “abierta e inclusiva, cuyo carácter original, por supuesto, es pacífico, como lo es la naturaleza del pueblo”, aunque “la contundencia en el mensaje” pueda dar otra impresión. “No debería haber ninguna razón para que no lo sea", apunta.

"Pero advertimos que no estamos dispuestos a tolerar agresiones en el legítimo ejercicio de la defensa de nuestros derechos fundamentales, por lo que en ella se anima a ejercer la legítima defensa cuando sea necesario, y a respetar las distintas formas de lucha empleadas para este fin (siempre que no se atente contra la vida de personas, y que las acciones se justifiquen como acción defensiva o política y no sean gratuitas)”, advierte, no obstante.