Desmantelada una organización que clonaba tarjetas bancarias
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La Policía Nacional ha desmantelado, en una operación internacional que se ha saldado con 65 detenidos en Rumanía de siete grupos organizados, un entramado especializado en la clonación de tarjetas bancarias que operaba a nivel mundial, según informó este sábado la Dirección General de la Policía.
En el operativo, coordinado por las autoridades rumanas, además de la Policía española han participado agentes de Portugal, Francia, Alemania, Reino Unido, Suiza, Australia, Finlandia, Países Bajos, EEUU y Europol.
Los detenidos instalaban dispositivos de ‘skimming’ en los cajeros automáticos, copiaban los datos de las tarjetas y posteriormente enviaban los datos a otros integrantes de la banda para su falsificación y uso.
El método ‘skimming’ consiste en copiar la banda magnética de tarjetas de crédito o débito durante la realización de una transacción con las mismas. De este modo, los delincuentes reproducen o clonan las tarjetas para su posterior uso fraudulento.
En este caso, los equipos para copiar las bandas magnéticas que después instalaban en los diferentes países en los que actuaban eran fabricados en Rumanía, país donde se remitía el dinero obtenido de forma fraudulenta que era invertido por los delincuentes en actividades legales para blanquearlo.
La fase operativa de esta operación se ha desarrollado en Rumanía, país de procedencia de los arrestados, para evitar la huida de los cabecillas de la trama.
La abundante información aportada por los investigadores españoles referida a las actividades desarrolladas en España por los miembros de este entramado, junto con los datos obtenidos por el resto de cuerpos policiales implicados, propició la detención en Rumanía de 65 personas, de las que 23 ingresaron en prisión.
85 REGISTROS
En dicho país se realizaron además 85 registros, dos en Alemania y otros 5 en Reino Unido, en los que se han intervenido 40 discos duros, 52 ordenadores portátiles, 11 móviles, 87 tarjetas bancarias, gran cantidad de joyas y 7 vehículos de gama alta, entre otros efectos.
Durante la investigación se ha constatado que en Europa había una red criminal muy amplia y perfectamente estructurada, la cual estaba integrada por siete grupos asentados en distintos países.
Los miembros de la banda tenían una gran movilidad para evitar ser detectados, llegando incluso a desplazar a sus integrantes a países de Sudamérica donde contaban igualmente con contactos.
Los integrantes de la red tenían un elevado grado de conocimientos técnicos tanto para la fabricación de dispositivos de clonación de tarjetas como para su instalación en cajeros automáticos o datáfonos.
La red criminal tenía conexiones y comunicaciones a través de los líderes de los distintos grupos organizados y tenían una pautas de actuación comunes a la hora de delinquir.
Coordinaban la fabricación de los dispositivos de skimming y su instalación en los cajeros de distintos países de Europa y América.
Las numeraciones de las tarjetas bancarias copiadas eran distribuidas entre personas de confianza que se encontraban en los distintos países que actuaban.
En un segundo escalón del entramado estaban los encargados de falsificar las tarjetas así como de su empleo fraudulento en comercios por parte de los 'pasadores', que eran los encargados de utilizar estas tarjetas fraudulentas en los distintos comercios.
Finalmente, el dinero en efectivo fruto de sus actividades ilícitas era reenviado a Rumania, ocultándolo por diversos medios para que no fuese detectado, y recibido por personas intermedias para dificultar la identificación de sus verdaderos destinatarios.
La investigación, que continúa abierta en nuestro país, ha sido realizada por agentes de la Sección de Medios de Pago de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Comisaría General de Policía Judicial.
(SERVIMEDIA)
20 Abr 2013
VBR/gfm