Cae en una banda que hacía butrones en bancos y gasolineras
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La Guardia Civil ha desarticulado un grupo criminal dedicado a realizar butrones en entidades bancarias y gasolineras de las provincias de Madrid, Toledo y Guadalajara.
Según informó el Instituto Armado, en el marco de esta operación se ha detenido a seis personas e imputado a otras dos por su presunta implicación en siete delitos de robos con fuerza y pertenencia a organización criminal.
La banda se dividía en dos células que estaban coordinadas entre sí para dificultar la labor policial y operaban siempre en establecimientos aislados y con poco tránsito de personas.
Días antes del robo, los arrestados se desplazaban hasta el lugar del golpe, para esconder las herramientas que utilizarían el día del robo y durante toda la preparación del mismo mantenían grandes medidas de seguridad para evitar ser sorprendidos.
La investigación se inició el pasado mes de octubre, cuando se tuvo conocimiento de la comisión de varios robos con fuerza en oficinas de entidades bancarias y gasolineras que respondían a un mismo patrón de actuación, por lo que los agentes sospecharon que podría tratarse de un mismo grupo criminal.
ALBANO-KOSOVARES
Tras las primeras investigaciones, los agentes localizaron un grupo, compuesto por seis varones, de origen albano-kosovar, que se dedicaban a la comisión de delitos de robo con fuerza en localidades pertenecientes a las provincias de Madrid, Toledo y Guadalajara.
Asimismo, se comprobó que el grupo estaba dirigido por dos cabecillas, que en el pasado formaban parte de un mismo grupo criminal dedicado a la comisión de delitos contra el patrimonio y que, en la actualidad, cada uno lideraba una célula del grupo.
Estos subgrupos estaban interconectados y coordinados entre sí, pero actuaban por separado con el fin de dificultar la labor policial en el caso de ser detectado alguno de ellos.
La organización actuaba siempre siguiendo un mismo patrón. Los líderes de cada célula solían realizar diferentes desplazamientos a localidades con poca población y poca actividad, con el fin de ubicar sucursales bancarias y estaciones de servicio apartadas de los núcleos urbanos.
VÍAS DE ESCAPE
Una vez que el líder había seleccionado el lugar, hacían un estudio preliminar de la zona con el fin de determinar las medidas de seguridad, presencia policial, seguridad privada y vías de escape, para evitar ser detenidos en caso de ser sorprendidos.
Unos días antes de la materialización del robo, un miembro del grupo se desplazaba hasta el lugar con las herramientas que iban a utilizar en el robo y las escondían en un lugar cercano. De esta forma, el día del robo, acudían en dos coches y establecían numerosos puntos de seguridad previos con el fin de extremar las precauciones para no ser sorprendidos.
A la hora de cometer el robo en primer lugar cortaban la línea telefónica o rompían los cajetines del sistema de alarma y, tras ello, huían del lugar hasta un punto cercano donde permanecían ocultos un tiempo prudencial, nunca inferior a 45 minutos. Si no acudía ninguna persona ante una posible señal de alarma, los miembros volvían al lugar para realizar el butrón y posteriormente forzaban las cajas fuertes.
CAMBIO DE DOMICILIO
Cometido el hecho delictivo, abandonaban el lugar en dos coches, uno de ellos hacía de lanzadera y, además, era el utilizado para transportar las herramientas. El coche de detrás llevaba el botín fruto del hecho delictivo.
La primera fase de la operación se saldó con la detención de una de las dos células, cuando acababan de perpetrar un robo en una entidad bancaria situada en Layos (Toledo). Los agentes les dieron el alto en el momento que los cuatro asaltantes subían al coche y emprendieron su huída sin hacer caso a las señales de detención.
Por ello, se estableció un dispositivo policial en torno a la A-42, en el que se detuvo a los cuatro ocupantes del vehículo. La segunda célula intensificó sus medidas de seguridad para evitar ser localizados y cambiaron de domicilio.
Finalmente se detuvo al resto de los integrantes del grupo y se llevaron a cabo varios registros domiciliarios de las viviendas usadas por los mismos, en los que se intervinieron diversas herramientas, prendas de vestir que utilizaban en los hechos delictivos, "walkie talkis", 400 euros en efectivo, inhibidores de frecuencia, así como, los vehículos utilizados por el grupo.
(SERVIMEDIA)
12 Abr 2013
NBC