Gallardón hizo estas declaraciones en los pasillos del Congreso de los Diputados minutos después de que el secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, anunciara que no se podrán organizar protestas a menos de 300 metros del domicilio de los parlamentarios.

Desde un punto de vista legal, el responsable de Justicia opinó que es necesario "garantizar que los diputados tengan plena y absoluta libertad y estén alejados de cualquier elemento de presión a la hora de emitir su voto".

"A mí me parece que eso es fundamental", recalcó. "Yo no protesto porque como una respuesta a una crítica a mi gestión como ministro de Justicia haya cualquer tipo de manifestación, porque es mi responsabilidad como miembro del Poder Ejecutivo asumir todas las críticas y escucharlas".

Gallardón admitió que los ciudadanos tienen "derecho perfecto" a protestar por las acciones del Ejecutivo pero subrayó que "cosa distinta es cuando afecta a mi condición de diputado".

En ese caso, distinguió, "lo que se intenta no es criticar una decisión sino condicionar mi voto para una propuesta que vamos a tener que hacer en el Congreso" sobre el cambio de la legislación hipotecaria y los desahucios.

"Intentar que los diputados voten, no aquello que les han dicho los ciudadanos que les han votado, sino aquello que pretende una minoría mediante una acción de carácter violento a mí me parece que es absolutamente contrario a los principios democráticos", remachó.