Así lo dijo tras la intervención ante el Congreso de los Diputados de Rajoy, quien trató de explicar los acuerdos alcanzados en el último Consejo Europeo, celebrado justo antes de Semana Santa, y la solución acordada para la crisis de los bancos de Chipre.

“Creo que hoy, lo mínimo que puede hacer es comprometerse ante los ciudadanos a garantizar los depósitos inferiores a 100.000 euros. Ya sé que lo dice la ley, ya sé que lo dice una directiva comunitaria, pero el caso de Chipre ha generado, no dudas e incertidumbres, sino miedo”, dijo. “Le pido ese compromiso público”, reiteró.

A su juicio, lo gestión de la situación de Chipre “ha sido una irresponsabilidad y una chapuza, pero no ha sido un error”, sino “otro intento de estafa” a los pequeños ahorradores para intentar salvar a los grandes inversores y los dirigentes europeos han cometido la equivocación de “no haber calibrado la reacción de los ciudadanos”.

Además, agregó que el caso de Chipre ha puesto de manifiesto la necesidad de acabar con la “aberración” de un “sistema financiero que reparte beneficios globalmente y, en cambio, los riesgos continúan siendo asumidos localmente, no por quien los genera, sino por los ciudadanos de cada país”.

“Ustedes han intentado imponer esa estafa a los ahorradores chipriotas. Pero además nos podían haber ahorrado la vergüenza de ver cómo, ante el rechazo generalizado, nadie se responsabilice. O sea, que se reúnen 17 y luego nadie ha sido, pero si cuela, cuela”, dijo.

Por otra parte, criticó que en Europa que “las políticas de crecimiento se limitan a una mera declaración sin concreción alguna, mientras que las políticas de ajustes sí se concretan y se implementan de manera inmediata y exigente”.

TIJERA Y PAROLE

“Para la austeridad, tijera, tijera, tijera a velocidad de guepardo, para el crecimiento, parole, parole, parole a velocidad de tortuga”, añadió Coscubiela, quien reprochó a Rajoy que haya querido ser “el alumno más aventajado de la austeridad”, hasta el punto de convertirse “en el mayor hooligan de los derechos” sociales.

A su juicio, el último Consejo Europeo tiene “poco de lo que alardear y mucho de lo que avergonzarse”, pues están tomando medidas que están “llevando el edificio europeo al precipicio”, mientras “hablan, hablan, hablan y no hacen” nada por los ciudadanos.