La iniciativa, a la que tuvo acceso Servimedia y que ha sido presentada por los diputados de ICV Joan Coscubiela y Laia Ortiz, señala que la aprobación del dicho tratado internacional “es un logro histórico para la comunidad internacional en la protección de los derechos humanos, en su esfuerzo por disminuir la violencia en el mundo y consagrando en el derecho internacional un conjunto de reglas para las transferencias de armas y municiones”.

La iniciativa recuerda que el tratado obliga a todos los gobiernos “a evaluar el riesgo de transferir armas, municiones o componentes a otros países donde puedan ser utilizados para cometer o facilitar graves violaciones del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos”. “Los Estados han acordado que, si ese riesgo fundamental es real y no puede mitigarse, la transferencia no se lleve a cabo”, señalan Coscubiela y Ortiz.

El Tratado sobre Comercio de Armas estará abierto a la firma y ratificación a partir del 3 de junio de 2013 en la asamblea General de la ONU y entrará en vigor al poco tiempo de haber sido ratificado por 50 países.

La iniciativa de La Izquierda Plural insta al Gobierno “a proceder con la máxima urgencia a la firma y posterior ratificación del Tratado sobre Comercio de Armas y a efectuar las modificaciones legales oportunas para adaptar nuestro marco jurídico” al mismo.

Además, el grupo parlamentario liderado por Cayo Lara insta al gobierno a “promover tanto en sus relaciones bilaterales como en el marco de la Unión Europea que la mayoría de Estados firmen y ratifiquen el tratado”.

PRIORIDAD

La proposición presentada por Coscubiela y Ortiz señala que la coalición Armas Bajo Control, integrada por más de 100 organizaciones de 120 países, como Amnistía Internacional, Campaña Colombiana contra Minas, Cáritas y Oxfam, ha pedido a todos los Estados que den prioridad a la firma y ratificación de este tratado.

Para la citada coalición, recuerda La Izquierda Plural, es imperativo que todos los gobiernos que han votado a favor del tratado demuestren su compromiso de establecer los más altos estándares internacionales posibles en su aplicación.

“Por ejemplo, pueden empezar incluyendo todas las armas convencionales y todo tipo de transferencia en sus listas nacionales de control y haciendo explícito que siempre van a rechazar las transferencias de armas cuando exista un riesgo sustancial de vulneración de los derechos humanos y del derecho humanitario”, señala la proposición.