En un comunicado, FSG reivindicó el acceso de la población gitana a una ciudadanía europea plena, expresada por ejemplo en la libertad de circulación y de residencia, en un acceso igualitario a la educación o en la participación en las elecciones al Parlamento Europeo.

Sin embargo, prosiguió, los derechos ciudadanos requieren tener garantizados previamente los derechos sociales, que “la actual crisis está arrollando de manera implacable”.

La inserción laboral y la gratuidad de la sanidad, la educación y otras prestaciones sociales figuran entre los avances que se han visto afectados a causa de la crisis, y, según la fundación, son los colectivos más vulnerables quienes más sufren estos recortes.

Así, por ejemplo, si el paro entre la población española se ha duplicado desde el inicio de la crisis, en la comunidad gitana se ha triplicado, y ello pese a que los niveles de desempleo eran ya mucho mayores entre los gitanos.

También la población gitana presenta peores resultados educativos respecto a la media española, y experimenta más dificultades a la hora de acceder a servicios y bienes habituales, como el alquiler de una vivienda o el disfrute de lugares de ocio.

La elección del 8 de abril como fecha conmemorativa recuerda el congreso gitano celebrado ese mismo día en 1971 en Londres, en el que se instituyeron la bandera y el himno gitanos. La designación como Día Internacional del Pueblo Gitano tuvo lugar en otro congreso internacional celebrado en Varsovia en 1990.

Como en años anteriores, la FSG repartirá marcapáginas alusivos y difundirá un cartel, en español e inglés, elaborado por la diseñadora gitana Montse Motos.