Según informó el Instituto Armado, los implicados amenazaron y amordazaron a punta de pistola a los dos empleados de la estación de esquí que transportaban la recaudación. Posteriormente, los ladrones se deshicieron del arma arrojándola a un río próximo.

Los arrestados, que serán acusados de robo con violencia e intimidación y detención ilegal, son I.L.D., de 25 años nacido en Marruecos y con domicilio en Zaragoza; D.E.R., y G.S.A., ambos de 33 años; y C.G.S., de 30 años y vecino de Ibiza.

El robo se produjo el pasado 24 de febrero, cuando dos empleados de Formigal que transportaban en un vehículo la recaudación fueron interceptados por dos personas. Uno de estos asaltantes amenazó al conductor con un revólver.

Tras maniatar y amordazar a ambos empleados, los dejaron en el vehículo en un lugar próximo a la carretera que conduce a la localidad de Panticosa. Tras ello, huyeron del lugar con los 31.600 euros de la recaudación de la estación de esquí y arrojaron el arma en un río próximo.

ELEVADOS GASTOS

Tres de los detenidos, trabajaban en la seguridad de la estación de esquí y el cuarto que había trabajado en la misma. Todos ellos convivían en un domicilio de Sabiñánigo y aprovecharon sus conocimientos sobre las medidas de seguridad existentes para robar la recaudación.

Para perpetrar el robo, uno de los detenidos dejó un vehículo de alquiler en un lugar próximo a la carretera el día anterior a los hechos. Este turismo fue utilizado por los asaltantes para huir tras abandonar el vehículo atracado con los empleados.

Durante su huida, los ladrones se deshicieron del revolver arrojándolo por un puente sobre el río Gallego, de donde agentes de la Guardia Civil recuperaron más tarde el arma.

Dos de los asaltantes materializaron el atraco, otro fue el encargado de transportar a estos al lugar donde se produjeron los hechos y el cuarto cómplice era uno de los trabajadores que transportaban el dinero junto al contable de la Estación de Esquí de Formigal desde la zona de Anayet.

Tras el atraco se pudo observar que todos los detenidos hacían unos gastos superiores al nivel económico que poseían antes del mismo. Ello propició dos registros domiciliarios autorizados por el juzgado de Instrucción número 1 de Jaca.