Según comunicó la entidad a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la compañía de calificación ha situado en 'BB-' la calificación crediticia de la entidad a largo plazo, con perspectiva negativa, si bien ha ratificado la de corto plazo en 'B'.

En el caso de BFA, la agencia de calificación crediticia ha colocado en 'B-' la calificación crediticia de la entidad para el largo plazo, con perspectiva negativa, y 'C' para el corto plazo.

La compañía de calificación explica que adopta esta decisión tras tener en cuenta el impacto financiero del Grupo en 2012, la inyección de capital del Estado, así como la transferencia de activos a la Sareb.

La entidad explica que la perspectiva negativa refleja el riesgo de operar en España y en un entorno financiero cada vez "más difícil".

S&P dice que en la actualidad trabaja con la hipótesis de que el plan de reestructuración se cumpla, si bien se seguirá "de cerca el proceso".

La compañía de calificación advierte de que desviaciones significativas o retrasos en la ejecución del plan de reestructuración, podría conducir a una reducción de las calificaciones.