Así consta en la información sobre el Plan Estratégico del grupo de construcción y servicios remitida este miércoles a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

La compañía explica que los objetivos en el área de construcción pasan por la “reestructuración del negocio a través de un ajuste de la capacidad en España”, el repliegue de su filial Alpine a sus mercados domésticos (Austria, Alemania, Suiza, República Checa y Eslovaquia) y el impulso de la actividad internacional en las zonas y proyectos donde tiene ventajas competitivas.

En concreto, dentro del negocio en España “el ajuste de los medios de producción se traducirá en reducciones de personal para adaptar los gastos a la actual situación del mercado”, señala la empresa, que agrega que “el grueso de este ajuste se registrará a lo largo de 2013”.

El grupo recoge en su plan estratégico que se centrará en las infraestructuras, en los servicios medioambientales y en el ciclo integral del agua.

Los objetivos que se marca el grupo son reducir la deuda financiera en 2.700 millones de euros en los próximos tres años (desde 7.900 a finales de 2012 a 5.200 millones en 2015), y el resultado bruto de explotación (Ebitda) subirá a 1.200 millones en 2015.

DESINVERSIONES

El plan incluye un programa de desinversión de activos por valor de 2.200 millones. El grupo venderá activos no estratégicos, conservando aquellos “clave”, en los que tienen una participación minoritaria, en los que no tiene el control de la gestión o no cuenta con liderazgo de mercado y aquellos que son intensivos en capital.

Por ramas de actividad, las desinversiones en construcción sumarán 550 millones de euros, 270 en servicios y 1.380 en otras ramas de actividad.

Desde FCC indicaron que todas las iniciativas que se adoptarán “situarán al grupo en una posición que asegurará su sostenibilidad operativa y financiera”.

La hipótesis bajo la cual se ha elaborado el Plan Estratégico contempla un escenario económico restrictivo tanto en términos de actividad como de financiación.