Lo hacen en la 4º Jornada Europea de la Narcolepsia, que se desarrolla el sábado y el domingo en la capital de España para abordar aspectos como la narcolepsia infantil, los factores genéticos o el tratamiento del problema, en vísperas del Día Europeo de la Narcolepsia, que se celebra este lunes, 18 de marzo.

Estudios sobre la narcolepsia señalan una incidencia en Europa, Japón y Estados Unidos de entre el 0,2 y el 1,6 por mil, cifras similares a las de la esclerosis múltiple, según la Asociación Española de Narcolepsia (AEN).

Esta entidad aprovecha el día de la enfermedad para recordar que su diagnóstico es tardío (de unos 10 años de media), porque la somnolencia no se percibe como un indicativo de enfermedad.

Además de la somnolencia excesiva durante el día, la narcolepsia se caracteriza por la parálisis del sueño y las alucinaciones hipnagógicas. El primer síntoma tiene que ver con la incapacidad repentina del paciente de no poder moverse durante unos minutos, mientras que el segundo consiste en la experimentación de alucinaciones, auditivas, visuales o multisensoriales, mientras se dormita o al despertar del sueño.

Y por último, por la cataplejía, que es un episodio repentino de debilidad muscular, generalmente provocado por emociones, tanto positivas como negativas, que puede afectar solamente a la musculatura de la cara y del cuello, o a todos los músculos, por lo que al paciente se le doblan las rodillas y llega a caerse.

Para el diagnóstico de la narcolepsia existen, además de la historia clínica y los antecedentes, pruebas específicas de laboratorio que la AEN recomienda hacer, siempre en una clínica especializada en trastornos del sueño.