El Supremo asegura que la Audiencia de Castellón “cercenó de forma indebida” la acusación contra Fabra
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El Tribunal Supremo ha criticado a la Audiencia Provincial de Castellón por excluir el delito de cohecho del proceso abierto contra el expresidente de la Diputación de Castellón Carlos Fabra (PP) y ha asegurado que este tribunal “cercenó de forma indebida las facultades de la acusación”.
Los magistrados de la Sala de lo Penal del Supremo, presididos por Joaquín Giménez, hacen esta afirmación en la resolución con la que remiten las actuaciones al instructor de la causa, el juez de Nules (Castellón) Jacobo Pin, para que, “con absoluta libertad de criterio”, vuelva a dictar apertura de juicio oral contra Fabra incluyendo los delitos que considere oportuno.
El Alto Tribunal ha tomado esta decisión por unanimidad al estimar los recursos interpuestos por la Fiscalía y la Abogacía del Estado contra la decisión adoptada por la Audiencia Provincial de Castellón en mayo de 2012 en la causa abierta contra Fabra por mediar presuntamente ante el Gobierno de José María Aznar para la comercialización de productos fitosanitarios.
El Supremo considera que la decisión de la Audiencia de Castellón de excluir el delito de cohecho en la causa contra Fabra fue “flagrante violación del derecho a la tutela judicial efectiva”.
“Son claramente extemporáneos en este momento las estrategias relativas a la interpretación del delito de cohecho, cuestión que se debe quedar reservada para el Plenario sin anticipar decisiones en este momento, lo que en modo alguno es admisible”, señala la sentencia hecha pública hoy.
15 AÑOS DE CÁRCEL
La Fiscalía Anticorrupción llegó a solicitar un total de 15 años de cárcel para el expresidente de la Diputación de Castellón en esta causa. El Ministerio Público pidió además ocho años de cárcel para María Amparo Fernández Blanes, entonces esposa de Fabra, y cuatro años de prisión para el matrimonio formado por Vicente Vilar y Montserrat Vives, los empresarios que comercializaban los productos sanitarios.
El fiscal aseguraba en su escrito de calificación que en el año 1999 Vilar y su mujer se pusieron en contacto con Fabra para que, “valiéndose de su cargo como presidente de la Diputación y de los contactos que tenía, intermediara y tratara de influir ante los ministerios de Agricultura y de Sanidad para agilizar la tramitación y obtención de autorizaciones para la fabricación en comercialización de productos fitosanitarios” elaborados por sus empresas.
Vilar era administrador único de la empresa Naranjax, mientras que su esposa era administradora única de la empresa Arcavi, dedicadas ambas a sintetizar productos fitosanitarios.
REUNIONES DE FABRA
Fabra, entre los años 1999 y 2002, mantuvo varias reuniones tanto con los responsables políticos como administrativos de los ministerios de Sanidad y Agricultura, así como con determinados miembros del Congreso y del Senado.
En concreto, el 12 de julio de 1999 el presidente de la Diputación de Castellón se reunió con el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, el popular Jesús Posadas, ahora presidente del Congreso, y con el por entonces secretario general de Hacienda y diputado por Castellón, Juan Costa.
En el encuentro se trató “la situación de retraso en la tramitación de licencias para la fabricación y comercialización de productos fitosanitarios” y se informó a Fabra sobre “el estado administrativo en el que se encontraban las solicitudes cursadas por las empresas de Vilar y Vives”.
PAGO DE LAS GESTIONES
El 18 de octubre de ese mismo año fue aprobada la licencia para la producción y comercialización del fitosanitario “Abamectina”, uno de los principales productos de las empresas de los acusados. Ante el éxito de las operaciones, Fabra, siempre según la Fiscalía, requirió a Vilar para que le pagara 25 millones de pesetas, dinero que el empresario finalmente abonó al presidente de la Diputación de Castellón.
En el mes de diciembre la sociedad Artemis, titular de los productos registrados por la empresa de Vilar y distribuidora exclusiva de los mismos, fue adquirida al 50 por ciento por Vives y por la exmujer de Fabra, María Amparo Fernández Blanes. Vilar fue nombrado administrador de la empresa, que no tenía ni actividad ni trabajadores.
Tras la constitución de Artemis, Fabra “continuó en su tarea de intermediación ante las autoridades políticas y administrativas a favor no ya sólo de las empresas propiedad de Vilar y Vives, sino también de su esposa”.
El presidente provincial buscaba “una mayor agilización en la concesión de licencias para la producción y comercialización”, llegando a mantener reuniones con el director del Gabinete de presidencia, Alfredo Timermans, y con la entonces ministra de Sanidad y Consumo, Celia Villalobos.
Por último, el 28 de abril de 2000, Fabra constituyó la sociedad Carmacas, de la que era administrador único. Según la Fiscalía, el presidente de la Diputación de Castellón utilizó esta empresa “para ocultar los pagos realizados por Vilar”.
(SERVIMEDIA)
08 Mar 2013
DCD