Por lo general, a partir de los dos años los niños comienzan a adquirir el hábito de la sequedad, siendo la costumbre completa conel paso de los años, que en los países occidentales está cifrada en 5 para las niñas y 6 para los niños.

Sin embargo, entre un 10 y un 15% de los niños mayores de estas edades siguen mojando la cama dos o más veces por semana. A los diez años esta anomalía afecta al 7% y a uno de cada cien a la edad de quince, proporción que se mantiene incluso en edad adulta.

Una de las principales causas de la enuresis habría que buscarla en el factor genético, puesto que para un 77% de los niños afectados por a incontinencia urinaria nocturna, tanto sus padres como sus madres padecieron estas mismas anomalías.

Si sólo uno de los padres fue enurético, la anomalía afecta al 44% de los hijos, porporción que desciende hasta el 15% en el caso de los niños que no tienen antecedentes familiares.

La prevalencia de la enuresis es más alta en grupos con menor nivel social, primogénitos o hijos únicos y en niños que han tenido algún problema psicológico a la edad en que deberían haber desarrollado el hábito de n orinar de forma involuntaria. No obstante, la mayoría de los niños que padecen el problema tienen una personalidad normal, y se dan casos en todos los niveles socioeconómicos y educacionales.

Según los especialistas reunidos en Málaga, hay otras causas que propician la aparición de la afección, como una menor capacidad de la vejiga urinaria, problemas en el esfinter, problemas de sueño pesado, así como por disfunción en los sistemas que regulan la secreción hormonal que controla la producción de orin.

Según los estudios realizados, un niño afectado por enuresis produce cada noche 458 mililitros de orina, mientras que la cantidad en un niño sin este problema desciende hasta los 291 mililitros, por término medio.

Esta mayor producción se debe a la menor secreción de hormonas antidiuréticas, generadas por la hipófisis y que controlan y regulan la cantidad de orina nocturna. Así, un niño enurético tiene unos niveles constantes de 1.38 pg/ml, tanto de día como de noche, mientras que en los niños ormales el nivel hormonal varía entre 0.85 y 2.9 pg/ml, de día y noche, respectivamente.

Para paliar esta anomalía funcional, desde hace dos años se utiliza en España un tratamiento hormonal sintético, a base de moléculas antidiuréticas similares a la vasopresina, que aumentan la concentración de la orina, disminuyendo el caudal miccional nocturno.

FISIOLOGIA Y NO PSICOLOGIA

Los avances médicos han demostrado que la enuresis es una anomalía fisiológica y no psicológica, como se mantiene en la ceencia popular, por lo que a juicio de los especialistas en urología infantil habría que desterrar el famoso "ya pasará con el tiempo".

Es por ello por lo que los médicos consideran "muy importante" una pronta invervención profesional para la solución del problema, con el objetivo de "instaurar el tratamiento necesario y facilitar la información para educar a la familia en que se le dé al niño el adecuado soporte emocional que ayude a aliviar su sentido de culpabilidad", lo que, según los especialista, redundará en su desarrollo y bienestar futuro.

Según las estadísticas, solamente un 38% de los padres piden consejo al médico sobre el problema de su hijo, mientras que alrededor del 30% confiesan haber castigado alguna vez a su hijo por mojar la cama.