La mayoría de los escolares y universitarios que contratn un curso de verano acuden, por este orden de preferencia, al Reino Unido, Estados Unidos e Irlanda, si bien últimamente se ha detectado un aumento de la demanda de estancias en Australia, mientras que las de Canadá han descendido.

La estancia media de los estudiantes que pasan el verano en el extranjero es de 30 días, oscilando entre las tres semanas y un año. Aunque los viajes de cursos de idiomas se realizan durante los 12 meses del año, la mayoría de los desplazamientos para estudiar otra lengua e efectúan fundamentalmente entre la segunda quincena de junio y finales de septiembre, coincidiendo con las vacaciones escolares.

Las mismas fuentes señalaron que el 80 por ciento de los 300.000 estudiantes que viajarán al extranjero lo hará amparado por un seguro.

Según la aseguradora, las circunstancias de este tipo de viajes, como la estancia en un país cuyo idioma no se domina, la edad de los jóvenes y el hecho de que no cuenten con la compañía familiar, son las razones por las que los padre se cuidan de contratar una amplia póliza de seguro de viaje.

El seguro específico para este tipo de viajes, cuyo precio oscila entre las 4.000 y las 10.000 pesetas, según el destino elegido, incluye la indemnización de las clases perdidas cuando el estudiante no pueda recibirlas por causas justificadas, así como la anulación del viaje, además de la cobertura habitual de un seguro de viajes, como robo o pérdida del equipaje o documentación y demoras en el transporte.