Los militres serán seleccionados entre los que se ofrezcan voluntarios en la Cuarta Región Militar, correspondiente a la Zona Pirenaica Oriental.

Las tareas fundamentales de los soldados están relacionadas con el transporte, en las que participarán 1.050, y con el control de los acceso a las instalaciones deportivas, que serán encargadas a 1.700.

Un grupo adicional de unos 250 militares serán asignados a tareas de logística, en coordinación con los responsables de la división de Paralímpicos.

El rest de voluntarios, hasta completar los 7.300 necesarios para la organización de las diferentes competiciones, serán civiles que han solicitado participar por su interés hacia el mundo de las minusvalías.

Estos jóvenes ha recibido dos cursillos de formación, uno idéntico al impartido a los voluntarios olímpicos y otro especializado en el tratamiento de minusválidos físicos o sensoriales.

Los organizadores calculan que unos 4.000 deportistas de 62 países participarán en los Juegos Paralímpicos, que centan con un presupuesto de 9.200 millones de pesetas, 4.000 de ellos aportados por la Fundación ONCE.

Para atender las necesidades de los deportistas con alguna discapacidad física, el comité organizador dispone de 1.700 sillas de ruedas y una flota de vehículos adaptados.

La edición de este año será la primera en la que se realizarán controles del dopaje, siguiendo la lista de sustancias prohibidas por el Comité Olímpico Internacional.