MADRID

EL 30% DE LOS CONDENADOS POR AGRESIÓN SEXUAL REINCIDEN, SEGUN EXPERTOS DE LA UNIVERSIDAD DE BARCELONA

MADRID
SERVIMEDIA

El 30% de los delincuentes que cumplen condena por agresiones sexuales reincidirán al salir de la cárcel, según un equipo de psicólogos expertos en Criminología de la Universidad de Barcelona, liderado por Santiago Redondo.

En una entrevista concedida a Servimedia, este investigador del campo de las agresiones sexuales estimó que, en base a las estadísticas, cerca del 30% de los violadores y agresores que han cumplido condena reincidirán, la mayoría de los casos en múltiples ocasiones.

El "espanto colectivo" que crean este tipo de delitos en la opinión pública es el origen del "mito" de que este tipo de delincuentes son incurables. Algo que, para Redondo, no es cierto, ya que, según los estudios realizados por su equipo, el 70% de ellos no volverán a cometer este tipo de agresiones cuando salgan de prisión.

SISTEMA PARA EVALUAR EL RIESGO

Este equipo de la Universidad de Barcelona ha adaptado al caso español un instrumento de evaluación del riesgo de reincidencia de los agresodres sexuales, creado hace diez años en Canadá. Este método se ha puesto en práctica en países como Holanda, Gran Bretaña o Suecia, con el nombre de SVR-20 ("Sexual Violent Risk"-20 o, en español, Riesgo de Violencia Sexual-20)

El sistema está basado en la presencia o ausencia de veinte factores de riesgo en cada agresor en concreto. Se considera que el delincuente tiene más posibilidades de reincidir, cuantos más factores de riesgo reúne.

Entre estos veinte criterios, los que más peso tienen en la posible reincidencia del agresor se relacionan con la carrera delictiva del sujeto. Así, según Redondo, cuanto más precoz y prolongada sea ésta, menos posibilidades de reinserción tiene el delincuente. Los "elementos experenciales en conductas sexuales desviadas" también inciden en este sentido (cuando, por ejemplo, el agresor fue víctima de una agresión en su infancia o adolescencia).

Según Redondo, también es crítica la presencia de una patología. En estos casos, la "frialdad emocional" del individuo y su incapacidad para considerar el daño que produce en la víctima impiden su reinserción, en la mayoría de los casos.

Sin embargo, Redondo señaló que no todo agresor sexual sufre un trastorno mental, desde el punto de vista judicial, según el cual una persona es considerada como enferma mental sólo cuando existe un desorden que le "incapacita para tomar decisiones".

Asimismo, influyen en las posibilidades de reinserción del agresor la edad con la que salga de prisión (cuanto más avanzada sea, menos reincidirá) y los vínculos socio-afectivos que tenga (cuantas más vinculaciones personales, menos riesgo habrá de que vuelva a agredir a alguien porque, de hacerlo, "tendrá más que perder").

El sector socio-económico en que se encuadre el criminal, aunque no decisivo, es otro de los factores que incluye este baremo, que pretende medir las posibilidades de reincidencia teniendo en cuanta el pasado, el presente y el previsible futuro de los agresores sexuales.

TERAPIA

En opinión de Redondo, el método que mejor funciona para reducir el índice de reincidencia es la llamada "terapia psicológica de orientación cognitiva-conductual", que actualmete se emplea en la mayoría de las prisiones, incluidas las españolas.

Se trata de un proceso prolongado (cerca de un año) en el que se mueve a los agresores a "darse cuenta de la gravedad y las consecuencias de su delito". Además, se les enseñan "habilidades de comunicación" y se trabaja en su "desarrollo moral".

La terapia hormonal es, para Redondo, una opción positiva, si se combina con la terapia psicológica, pero que, por sí sola, no basta. Al tratarse de delitos en los que tienen gran importancia los factores psicológicos, los "antiandrogénicos" no son suficiente para mitigar la agresividad que dio lugar al delito. No obstante, Redondo explicó que este tipo de sustancias se utilizan, esporádicamente, a petición del interesado.

Redondo aludió a otros "mitos" en torno a este tipo de presos, como el de que, durante su internamiento en la cárcel, son especialmete rechazados por sus compañeros. En este caso, Redondo señaló que dicho "rechazo y etiquetamiento" sí se produce, efectivamente, por parte de los otros reclusos que, en ocasiones, llegan a agredir a los delincuentes sexuales.

En cuanto al porcentaje de mujeres recluidas por delitos sexuales, esta cifra supone, según Redondo, un 15% del total, si se tienen en cuenta los casos relacionados con redes de tráfico de menores o prostitución. La cifra de mujeres que cometen una agresión sexual es "irrelevante, si no inexistente".

Finalmente, Redondo afirmó que las víctimas mayoritarias de violación son las mujeres de entre 16 y 30 años. Por otro lado, estimó que entre un 15 y un 20% de las niñas, y entre un 12 y un 15% de los niños sufren, a lo largo de su infancia y adolescencia, algún tipo de "contacto sexual no deseado", que sólo llega a ser un "caso clínico" en porcentajes mucho menores (en torno a un 4%).

(SERVIMEDIA)
15 Abr 2006
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