“Hacer una prueba externa a los alumnos de cinco años, para saber si han aprendido a leer, escribir y contar, es una auténtica barbaridad pedagógica”, reiteró Vaquero, quien pedirá que el dinero que irá a las empresas privadas para la realización de la prueba “sea destinado a la dotación y aumento de los equipos de orientación para que puedan detectar y actuar preventivamente en los niños y niñas con dificultades de aprendizaje”.

Vaquero dijo que la prueba que se hará a los alumnos es contraria a la Orden 680/2009 de Evaluación Infantil y “pone en evidencia la ignorancia de la consejera sobre el proceso de enseñanza y aprendizaje, al no tener en cuenta que los ritmos y tiempos de crecimiento y maduración de los niños y niñas, a esta edad, son muy diferentes”.

Afirmó que, además, no se tiene en cuenta que se trata de una etapa educativa no obligatoria.

Afirmó que “los escolares madrileños son los que más exámenes y pruebas pasan de todo el Estado sin que ello tenga nada que ver con la mejora de la calidad de la enseñanza” y aseguró que “son pruebas que sólo buscan la clasificación de los alumnos y de los centros para elaborar un ranking que sólo persigue la selección y segregación de alumnos”.