La Vía Láctea tiene más galaxias satélite de las que pueden observarse

MADRID
SERVIMEDIA

Varios cálculos astrofísicos han revelado que una galaxia como la Vía Láctea debería tener diez veces más galaxias satélites de las que actualmente se observan.

Una colaboración internacional que estudia este problema mediante el análisis de simulaciones que reproducen la formación del universo más cercano ha comprobado que, efectivamente, existen muchas más galaxias enanas orbitando en nuestro grupo local, aunque no podamos observarlas.

Según explican investigadores de la colaboración en un estudio publicado en la revista 'Astrophysical Journal', las galaxias enanas más alejadas de nuestro grupo local se mueven con tanta velocidad que su gas 'desaparece' durante el viaje.

Debido a esto, no pueden seguir formando estrellas y, por tanto, se debilitan hasta tal punto de que no pueden ser detectarlas por los telescopios.

Las simulaciones numéricas que llevaron a esta conclusión fueron realizadas con el superordenador MareNostrum, instalado en el Centro Nacional de Supercomputación (CNS-BSC), en Barcelona. Dichas simulaciones se basaron en los datos de posición y velocidad de las galaxias que están más cerca de la nuestra, a una distancia de hasta un centenar de millones de años luz.

A partir de esos datos, los investigadores lograron recrear las condiciones en las que la Vía Láctea y su galaxia hermana, Andrómeda, empezaron a formarse hace unos 10.000 millones de años.

"Nuestro principal objetivo es simular el proceso de formación de estas dos galaxias, junto con todas las galaxias satélites que han ido atrayendo durante su evolución y que constituyen el llamado grupo local de galaxias", explica Gustavo Yepes, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y uno de los principales investigadores de Clues (Constrained Local Univers E Simulations), la colaboración internacional responsable del proyecto.

Las simulaciones por ordenador indican que, en un universo con los contenidos de materia y energía oscuras que posee el nuestro, deberían formarse un número gigantesco de galaxias 'enanas' (con masas miles de veces menores a la de la Vía Láctea). Unas acabarían siendo atraídas por otras más masivas y se fusionarían con ellas, pero otras conseguirían sobrevivir y orbitar como satélites de las galaxias más grandes.

De acuerdo con el estudio, estas galaxias satélites enanas se mueven con tanta velocidad con respecto a la telaraña cósmica que su contenido de gas puede ser barrido de forma muy eficiente cuando las propias galaxias atraviesan el conglomerado de filamentos de gas y materia oscura.

En palabras de Alejandro Benítez-llambay, investigador de la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina) y primer autor del artículo, dichas galaxias "se mueven tan rápido que incluso las membranas más difusas de la telaraña cósmica que atraviesan pueden arrancarles todo su gas y dejarlas secas".

Este mecanismo -al que los investigadores denominan cosmic web stripping- es el que, en suma, permitiría explicar por qué algunas de las galaxias enanas de nuestro grupo local no pueden ser detectadas.

(SERVIMEDIA)
25 Feb 2013
JCV/man