Con la mirada agachada, paso marcial y rostro taciturno, el marido de la infanta Cristina tan solo acertó a pronunciar un tímido “¿Qué tal?, buenos días”.

El yerno del Rey, con traje gris, bufanda y abrigo azul marino, se encuentra ya declarando ante el instructor del ‘caso Nóos’, el juez José Castro, en una comparecencia en la que debe aclarar cuestiones tan sensibles como el papel de la Casa Real y de su mujer, la infanta Cristina, o su relación con Corinna zu Sayn-Wittegenstein.

Urdangarin llegó hasta el acceso de los garajes del órgano jurídico a bordo de un coche pero descendió de él para recorrer a pie los cerca de 40 metros que le separaban de la puerta. A su lado iba su letrado, Mario Pascual Vives, quien estuvo varios minutos esperando la llegado de su cliente en el acceso a los juzgados.

A lo lejos se podían escuchar los abucheos e insultos que le dedicaron los manifestantes que se congregaron en los alrededores de los juzgados de Palma de Mallorca. El fuerte dispositivo policial ha impedido que los manifestantes puedan acercarse a la entrada de los juzgados y se han tenido que contentar con situarse en las calles aledañas.

Otra de las diferencias con su primera declaración como imputado, que tuvo lugar entre el 25 y 26 de febrero de 2012, es que en esta ocasión Urdangarin no ha pernoctado en el Palacio de Marivent, la residencia estival de la Casa Real, si no que ha llegado en avión esta misma mañana a Palma de Mallorca.

Urdangarin, que debe responder por segunda vez por su presunta participación en la captación y desvío de fondos públicos a través del Instituto Nóos, se desplazó directamente desde el aeropuerto hasta la sede de los juzgados.

El titular del Juzgado de Instrucción número tres de Palma de Mallorca, José Castro, ha sido el más madrugador y espera en su despacho desde las 7.15 horas la comparecencia del marido de la infanta Cristina, fijada para las 9.30 horas de la mañana. El magistrado estuvo trabajando ayer toda la tarde.

También se encontraban ya en la sede de los juzgados los fiscales anticorrupción Pedro Horrach y Juan Carrau, así como varios de los abogados que representan a las distintas partes personadas en la causa.