A las 9.50 horas había en los alrededores del órgano jurídico unas 400 personas, según fuentes policiales, entre indignados, republicanos, independentistas y simples curiosos. Su número va en aumento. "No estamos todos, falta Cristina" o "Iñaki, ladrón, el pueblo no perdona" fueron algunos de los lemas que corearon.

El fuerte dispositivo policial, con un despliegue de cerca de 200 agentes de la Policía Nacional, ha impedido que los manifestantes puedan acercarse a la entrada de los juzgados y se han tenido que contentar con situarse en las calles aledañas, principalmente en la Avenida de Alemania, que ha tenido que ser parciamente cortada.

Aún así, Urdangarin ha podido escuchar los abucheos e insultos en su ‘paseíllo’ desde el acceso de los garajes hasta la puerta de los juzgados, donde le esperaba el instructor del ‘caso Nóos’, el juez José Castro, para tomarle declaración.

Los congregados han competido en ingenio y, además de colgar ristras de chorizos en las calles, se podían ver pancartas con frases como "tu pasado, empalmado, tu presente, embargado, tu futuro, encarcelado".

FUERTE DISPOSITIVO POLICIAL

En torno a 200 agentes del Cuerpo Nacional de Policía, la mayoría con base en Palma pero con refuerzos venidos desde Valencia y Madrid, forman el dispositivo, sin contar los efectivos que conforman la escolta de Urdangarin.

Además de los agentes de las Unidades de Prevención y Reacción y de las Unidades de Intervención Policial, el dispositivo de seguridad cuenta con efectivos de subsuelo y guías caninos.

Pero la presencia policial no ha aminorado los ánimos de los manifestantes, quienes han desafiado al frío y al tiempo desapacible y han exhibido pancartas y banderas republicanas e independentistas.

La manifestación es fruto de la indignación de los ciudadanos así como de la convocatoria por parte de una decena de colectivos de toda índole, como los republicanos o los independentistas.

Además de los congregados, se han acreditado para cubrir la declaración del yerno del Rey cerca de 200 periodistas, entre los que se encuentran trabajadores de medios de comunicación de países como Suiza o Alemania.

La Policía Nacional ha instalado además en los juzgado un potente inhibidor de frecuencia con el objetivo de impedir que los abogados presentes en la declaración puedan narrar lo que sucede en el interior de la sala de vistas, aunque sus barridos también dejan sin cobertura a vecinos y periodistas.