La organización presentó este martes el informe titulado ‘Las consecuencias de Fukushima: el negocio nuclear hace que la gente pague y sufra’, donde se detalla cómo los graves fallos de las regulaciones nucleares mundiales provocan que sea la sociedad quien pague la mayor parte de los costes ante un accidente nuclear, y no los operadores de las centrales nucleares ni sus proveedores.

A unas semanas del segundo aniversario de la catástrofe nuclear de Fukushima, la organización ecologista recuerda que las consecuencias de lo ocurrido continúan para cientos de miles de víctimas en Japón, a las que todavía el sistema de regulación les niega cualquier tipo de compensación, mientras se permite a la industria nuclear evadirse de sus responsabilidades y obliga a los ciudadanos a pagar por sus desastres.

La asociación ha examinado los diferentes convenios y reglamentaciones y concluye que éstos protegen a la industria del pago de los costes frente a las catástrofes nucleares.

Entre otros problemas, refleja Grenpeace en su informe, en las convenciones se desarrolla el límite de daños que deben afrontar los operadores de las centrales nucleares, entre 350 y 1.500 millones de euros, y ninguna responsabilidad para los proveedores ante una catástrofe.