Así lo aseguró De la Cavada en un debate sobre el primer aniversario de la reforma laboral organizado por la agencia Servimedia, en el que también participaron la responsable del Departamento Socio-Laboral de Cepyme, Teresa Díaz Terán, y los secretarios de Acción Sindical de CCOO y UGT, Ramón Górriz y Toni Ferrer.

El dirigente empresarial sostuvo que la reforma del mercado de trabajo aprobada por el Gobierno presidido por Mariano Rajoy debería haberse introducido con anterioridad, en los años 2008 o 2009 con el Ejecutivo socialista.

En su opinión, las medidas adoptadas hace un año por el Gobierno acercaron España “a la legislación laboral europea de los países con los que competimos”, si bien destacó que “lógicamente pudiera ser más profunda”.

En concreto, defendió que “es mejorable en contratación, en la tramitación de los despidos colectivos y en la negociación colectiva”.

Sí que destacó que la reforma mejora la flexibilidad en las empresas. “Todo lo que sea flexibilidad es bueno” ya que implica “menos despidos”. Por el contrario, denunció que si se mantuviera la rigidez del mercado de trabajo, “la tendencia habitual del empresario es ir a un ERE para solucionar sus problemas y eso no nos parece lo más inteligente”.

Por su parte, la directora del Departamento Socio- Laboral de Cepyme, Teresa Díaz de Terán, explicó que “más allá de las cifras” del primer año de la reforma, “que son evidentemente malas, sí está ofreciendo a las empresas un marco donde pueden adaptar condiciones a cambio de no despedir”.

Díaz de Terán apuntó que “la reforma laboral está evitando que algunas empresas que no tenían más posibilidad que despedir” puedan “sobrevivir” a cambio de ajustar condiciones de trabajo.

CRÍTICAS SINDICALES

Por el contrario, los representantes sindicales criticaron la reforma y aseguraron que el objetivo de las medidas no era el de “mantener el empleo”, si no el de “devaluar los salarios y las condiciones de los trabajadores, incrementar el poder empresarial y debilitar el marco de las relaciones laborales”. Así, el dirigente de CCOO, Ramón Górriz, denunció que la reforma “es una terrible regresión democrática”.

Por su parte, Toni Ferrer aseveró que la reforma laboral ofrece “un menú amplio en el que las empresas rebajan salarios, modifican funciones, aumentan la jornada y a la vez despiden”.

A este respecto, el dirigente de UGT recordó que en 2012 el PIB retrocedió un 1,4% y la destrucción de empleo alcanzó el 4,5%; mientras que en 2009, cuando la economía cayó un 3,7%, más del doble que el año pasado, la destrucción de empleo fue del 6,2%.

En la misma línea, Górriz señaló que por cada décima de caída de PIB en 2009 se destruyeron 32.730 ocupados, cuando en 2012 se han destruido 60.714 empleos por cada décima de retroceso de la actividad.

En cuanto a los salarios, Górriz señaló que en un año la reforma laboral ha trasvasado 55.000 millones de euros de la renta de los trabajadores a la de los empresarios, con lo que se ha reducido en 4 puntos su aportación a la renta nacional.