Este dato ha sido facilitado por los promotores de la iniciativa, el colectivo Euskal Monet, que lanzó la moneda a finales de este mes de enero. Según la información difundida por esta plataforma y recogida por Servimedia, en las semanas que lleva el eusko en la calle cuenta ya oficinas de cambio y seguidores en ciudades como Bayona.

A los comercios que deciden cobrar y devolver el cambio en euros se les coloca una etiqueta identificativa. Además, un 'comité de acreditación' es el que decide aceptar las peticiones de los negocios que deciden aceptar el eusko.

A este respecto, la revista 'Landeia', editada por el sindicato nacionalista ELA, informó en enero pasado de que el objetivo del eusko es “relocalizar la economía y defender" el euskera en el sur de Francia.

Los negocios que se sumen deben firmar “un código que excluye una serie de criterios social o ecológicamente dañinos”, al tiempo que “se comprometen” a “la relocalización de parte de sus productos o servicios, y el otro, a la promoción del euskera en la vida pública”.

Según Landeia, “estas compañías deberán reutilizar los euskos con los que se les ha pagado buscando, por ejemplo, proveedores locales a los que se pueda pagar con euskos. Están incentivados a hacerlo porque pierden un 5% cuando convierten euskos en euros”.

Este 5% se destinará a financiar asociaciones locales (3%) y el propio funcionamiento del sistema (2%). Además, los euros convertidos en euskos estarán depositados en un “fondo de ahorro ético” que financia proyectos sociales o ecológicos y, a través de una colaboración con la sociedad de ahorro e inversión local Herrikoa, determinados proyectos considerados estratégicos para el desarrollo local.