De Cabo engañaba a empresarios desesperados como Díaz Ferrán y les prometía un dinero que nunca les pagaba

- “Lo ordenaba todo a base de gritar, de insultar al trabajador e incluso a su familia”, revela uno de sus testaferros

MADRID
SERVIMEDIA

El empresario Ángel de Cabo se aprovechaba de los empresarios desesperados cuyas sociedades se encontraban en crisis, como fue el caso del expresidente de la CEOE Gerardo Díaz Ferrán, les impresionaba con vehículos de alta gama y fajos de billetes, les prometía un dinero que nunca les pagaba y acababa vaciando el dinero y los bienes de sus empresas en beneficio propio.

Este era el modus operandi de De Cabo, según relató a la Policía Nacional Jorge García Téllez, uno de sus testaferros y un testigo clave en la investigación de la trama. “Lo ordenaba todo a base de gritar, de meter presión, de menospreciar al personal, de insultar al trabajador e incluso a su familia”, señaló García Téllez en su declaración el pasado 8 de junio ante la Brigada de Delincuencia Económica de la Policía Nacional. Esta persona, que hizo de testaferro para varias sociedades de De Cabo desde el año 2009, fue interrogado después de que en mayo ofreciese voluntariamente su colaboración a la Fiscalía de la Audiencia Nacional.

“DUEÑO Y SENOR”

García Téllez explicó que en todas las sociedades de las que era administrador, en realidad “no tenía capacidad alguna de gestión, por cuanto todo se hacía por orden de De Cabo”, según se recoge en la transcripción de su declaración, a la que ha tenido acceso Servimedia.

“Es el dueño y señor de todo, todo se hace cómo y cuándo él dice, y lo dice siempre de malas maneras, gritando, insultando y la voz de ya”, subrayó García Téllez.

Las empresas del principal imputado del ‘caso Crucero’, que se encuentra en la cárcel a a la espera de poder pagar una fianza histórica de 50 millones de euros, se caracterizan por no desarrollar en realidad “la actividad propia de su objeto social” sino que “se utilizan para lo que es la verdadera actividad de la organización de De Cabo, ya sea mover capitales, quedarse con bienes o inmuebles de empresas insolventes, realizar facturas falsas, modificar contabilidades, etc…”.

“En estas sociedades no se hace nada sin que lo ordene De Cabo”, dijo el testigo antes de detallar como controlaba todos los aspectos de estas empresas, “ya sea el pago de las nóminas, el pago de facturas a proveedores, transferencias a otras sociedades, retiradas de efectivo”.

INTIMIDACIÓN A EMPRESARIOS

García Téllez también relató ante la policía el ‘modus operandi’ de De Cabo. “Cuando un empresario ha intentado por todos los medios conocidos salvar su negocio (…) y se encuentra completamente ahogado, acuden a Ángel de Cabo completamente desesperados, y este aprovecha esta situación”, señaló.

El imputado recurría entonces a toda una serie de “argucias” para impresionar a los empresarios: les recibía en un gran edificio decorado con cuadros y muebles caros, se exhibía en coches de alta gama como Ferraris, Porches, Rolls-Royces o Bentleys, y les decía que tenía barcos, deportivos y mucho dinero.

De Cabo les prometía, sin coste alguno para el cliente, salvar su patrimonio y entregarles dinero para que pudiesen mantener el nivel de vida. “Verdaderamente nunca cumple con el acuerdo”, señaló García Téllez.

Esto es lo que hizo con los propietarios del Grupo Marsans, Gerardo Díaz Ferrán y el fallecido Gonzalo Pascual.

DINERO A DÍAZ FERRÁN

El instructor de la causa, el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco, detalló que Díaz Ferrán vendió el Grupo Marsans a De Cabo a cambio de recibir “100.000 euros mensuales hasta alcanzar la suma de 8 millones de euros”.

Mientras que el antiguo representante de la patronal española fue recibiendo “las mensualidades acordadas”, su socio Gonzalo Pascual “no habría recibido ningún pago de los estipulados hasta el momento de su fallecimiento”, que tuvo lugar el pasado mes de junio.

De Cabo, en realidad, se hacía cargo de las empresas que le había vendido, muchas veces por la cantidad simbólica de un euro, y trataba de sacar el máximo provecho de ellas. Sacaba rápidamente todo el dinero de las sociedades utilizando excusas como que sus contactos en la Fiscalía le habían dicho que iban a intervenir las cuentas. También se llevaba mobiliario, ordenadores y vehículos.

Según García Téllez, Pascual y Díaz Ferrán, cuando vieron la lujosa mesa de reuniones que tenían en Marsans en la sede de una de las empresas de De Cabo, “emperezaron a percatarse de donde se habían metido y el ridículo que iban a hacer”.

El testigo también relató varias de las operaciones para despatrimonializar las sociedades adquiridas por De Cabo. Explicó, entre otras cosas, como sacó personalmente mediante cheques al portador un total de 10 millones de euros de la empresa Trapsatur.

(SERVIMEDIA)
14 Feb 2013
DCD