Durante la comparecencia en el pleno del Congreso de la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, Llamazares se declaró "satisfecho" por la resolución del secuestro y reprochó a algunos grupos que parezcan "más dolidos" que contentos por el regreso a casa de los tripulantes.

Su mensaje fundamental fue contra las demandas de escolta militar para los buques, por entender que esa premisa podría conducir a sacar al Ejército en la madrileña calle Serrano para evitar los crecientes atracos a joyerías. Esa escalada en el Índico sólo provocaría, en su opinión, que los piratas "eleven el grado de agresión" sobre los pesqueros y mercantes.

En contra de las tesis del Gobierno, defendió que "nada obligaba" a la detención de los piratas, porque existen causas "de fuerza mayor" para eludirla, como era en este caso la seguridad de los tripulantes del barco secuestrado.

Además, Llamazares llamó a solucionar la situación actual de la pesca "ilegal, no declarada ni reglamentada" de la flota española en el Índico, y alertó de los "riesgos neocoloniales" que comportan las demandas de instalar bases militares contra la piratería en Somalia. "Dejémonos tentar por las sirenas de la solidaridad, no por las de la guerra", pidió.