En el encuentro informativo organizado por Nueva Economía Fórum, Pérez recordó que durante la época en que fue miembro de los servicios de inteligencia del Ejército de Guatemala en la lucha contra el narcotráfico, consiguió éxitos que creyó fructíferos.

Veinte años después, explicó, "vemos que los resultados de esa estrategia no fueron tan buenos como pensábamos". En estas dos décadas Guatemala no ha logrado desterrar a las mafias del país, ha aumentado el consumo interno de drogas, que era mínimo hace unos años, y combate contra la corrupción que generan en sus instituciones los cárteles de la droga.

Por ello, el Gobierno de Pérez Molina ha lanzado una ofensiva diplomática para convencer al resto de los países de la región de cambiar de estrategia, consciente de que "sin una actuación concertada de todos" no será posible erradicar esta lacra.

Su apuesta se centra en proceder al estudio individualizado de cada una de las sustancias prohibidas y proceder a una regulación específica de su comercio y consumo de acuerdo con su peligrosidad, el grado de adicción que genera y los efectos sobre la salud que producen.

"Llevamos 50 años de prohibicionismo y no ha dado resultados. ¿Por qué tenemos que seguir haciendo lo mismo?, ¿por qué no buscamos otra alternativa?", se preguntó el presidente guatemalteco, que apuesta por pasar "del prohibicionismo a la regulación".

Pérez Molina reconoció que su propuesta es a medio plazo porque "si no logramos que Estados Unidos entre en el debate y flexibilice su postura", la medida no puede tener "éxito", vaticinó.

Ésta no es la única iniciativa internacional que patrocina el Gobierno de Guatemala. De allí también ha salido la propuesta de ampliar progresivamente el Consejo de Seguridad de la ONU hasta alcanzar los 20 miembros en 2045. Si España presenta su candidatura, dijo. "Estamos listos para cuando llegue esa votación", concluyó.