En concreto, la compañía ofrece a los trabajadores una indemnización de 45 días por cada año trabajado hasta febrero de 2012, que es cuando entró en vigor la última reforma laboral. A partir de entonces, es decir en el último año, la indemnización sería de 33 días.

La cuantía de la indemnización estará limitada a 24 mensualidades salvo para aquellos que superasen esa cifra antes de la entrada en vigor de la reforma. En estos casos no habrá límite.

No obstante, la empresa no ha rebajado el número máximo de trabajadores que se verán afectados por estos despidos, que se mantiene en 900 empleados.

Los sindicatos no valoran esta propuesta con el objetivo de no condicionar la votación que se está realizando entre los trabajadores para saber si aceptan la propuesta de la compañía.

Sin embargo, sí que subrayan que seguirán negociando hasta este jueves con la empresa, cuando se cierra el plazo del ERE, para tratar de mejorar las condiciones del expediente.

El resto de condiciones se mantienen similares a las que ya había recogido la compañía en propuestas anteriores, como la garantía de un año para los trabajadores que se mantengan en la empresa. En el segundo año, esta garantía dependerá de que los ingresos u otras magnitudes de las cuentas de la operadora no caigan por encima de un 15%.

En el caso de las externalizaciones, Vodafone mantiene la garantía de dos años de empleo a los afectados, mientras que se compromete a mantener la jornada intensiva los viernes y en el mes de agosto.

Sí que retirará los vales de comida a los trabajadores que estén fuera de convenio y ofrece un plan de prejubilaciones para los empleados mayores de 55 años.