El citado estudio, al que ha tenido acceso Servimedia, se basa en los informes sobre las 339 sentencias dictadas por los Tribunales del Jurado y las Audiencias Provinciales en el periodo 2001 a 2010 en los casos de homicidios y asesinatos consumados entre los miembros de la pareja o expareja.

Otro de los datos que se desprende del citado informe es que el lugar más frecuente del escenario del crimen es el domicilio común (77% de las

sentencias), "lo que indica que el agresor busca garantizar su impunidad, con la indefensión de la víctima y la ausencia de testigos".

Pero, por desgracia, en un 12% del total de casos, sí hubo testigos, ya que los hijos e hijas se encontraban presentes en el momento del ataque mortal. "Este hecho, que había descendido en los años precedentes, ha vuelto a incrementarse", concluye el informe.

En casi tres de cada diez casos (26%) consta que la víctima había anunciado su intención de separarse. Además, en el 33% de los casos consta en las sentencias que había malos tratos físicos o psíquicos previos.

El arma blanca es el instrumento más utilizado tanto en las sentencias de 2010, como en el resto de años analizados; pero su utilización se ha visto disminuida en ese año al producirse un importante incremento de los casos por traumatismos directos. Las manos como instrumento para acabar por sí mismo con la vida de las mujeres siguen protagonizando un porcentaje significativo.

En el 91% de los casos analizados, la autoría de los homicidios y/o asesinatos son obra de un varón, frente al 9% en los que la autora es una mujer.

El 26% de las mujeres muertas son extranjeras, cuando sólo representan el 14% de la población residente en España, lo que implica "una sobrerrepresentación de la víctima extranjera en estos graves delitos".

El informe también ha analizado las horas en que producen las muertes de las mujeres. La mayor concentración de homicidios se da en la franja de la tarde, concretamente de 15.00 a 20.00 horas.

El abanico de edades de los autores en violencia de género es amplio pero se observa, en las sentencias de violencia de género, que ha aumentado la edad de los autores entre 18 y 30 años, así como entre 45 y 60 años. La franja de edad de autores de 31 a 45 años se ha reducido a la mitad, mientras que el porcentaje de autores de 66 años o más se ha estabilizado.

Además, "desde el año 2007 se observa una presencia creciente en los juicios de la acusación popular -ejercida por delegaciones de Gobierno, comunidades autónomas, ayuntamientos, asociaciones…- que parece corresponder a la decisión de los poderes públicos y de la sociedad civil de implicarse en la persecución de los hechos".