En su intervención en el debate sobre la propuesta nacionalista que persigue la celebración de una consulta popular sobre el futuro político de Cataluña, Junqueras subrayó que “más de la mitad de los Estados que integran Europa han ejercido este derecho a decidir en el siglo XX” y que “lo que aspiramos la mayoría de diputados de este Parlament es a sumarnos al derecho a decidir nuestro futuro”.

Argumentó que en los principios generales del Derecho Internacional o en la jurisprudencia del Tribunal de La Haya “se recuerda repetidamente que es la democracia la encargada de determinar los marcos legales y que estos no pueden nunca condicionar la voluntad democrática de los ciudadanos”.

Porque, según Junqueras, la situación de Cataluña, la crisis y sus consecuencias, “hacen necesario que hagamos todo lo posible para resolver las necesidades de los ciudadanos”, lo que ligó a un nuevo estatus político.

“No es solo una cuestión de necesidad, también de urgencia, porque estamos ante una necesidad extraordinariamente urgente de intentar resolver” los problemas socioeconómicos de los catalanes desde la premisa, por cierto, de que “el derecho a decidir consiste en no tener que pedir permiso para decidir”.

Deseó aclarar que “lo que decidimos es un reto democrático, no la independencia” y que aunque ERC, admitió, es un partido independentista, “no pide a nadie que lo sea”. No obstante, agregó que, en cambio, “nos parece que estamos en condiciones de pedir, incluso de exigir, que todos seamos demócratas y reconozcamos el derecho a decidir de nuestros ciudadanos”.

Reiteró que la suya “no es una propuesta soberanista, sino de soberanía, que es diferente, porque la soberanía del pueblo es un principio reconocido por todos los Estados democráticos del mundo occidental, e implica que por encima de la voluntad de los ciudadanos no hay nada más”.