En los últimos días, tropas francesas y africanas están tratando de evitar que los rebeldes islamistas que han tomado el control del norte de Malí avancen hacia el sur, según informó esta ONG en un comunicado.

En su llamamiento, el arzobispo de Bamako aseguró que "está empezando un nuevo periodo de sufrimiento para el pueblo de Malí”.

Por ello, la organización local agradecerá “todo el apoyo posible para que podamos ayudar al creciente número de personas desplazadas y refugiados a causa de la actual crisis”.

Los últimos informes manejados por Cáritas indican que “desde que los rebeldes comenzaron a avanzar desde el norte el año pasado, al menos 400.000 personas han abandonado sus hogares en el sur de Malí o han huido hacia los países vecinos”.

Además, “unos 18 millones de personas viven desde el año pasado una seria crisis alimentaria en toda la región del Sahel, por lo que existe un temor real de que la afluencia de refugiados agote las ya de por sí bajas reservas de alimentos en los países vecinos, como Níger, Burkina Faso, Senegal o Mauritania”.

"A medida que la situación empeora, todas estas personas necesitan cada vez con mayor urgencia alimentos, agua potable, productos de higiene, antipalúdicos y otros artículos de emergencia para cubrir sus necesidades básicas. Aquí estamos en la temporada de más frío y de mayor humedad, lo que hace que la situación humanitaria sea aún más complicada", explica el presidente de Cáritas Malí.

Por su parte, Cáritas Española ha decidido liberar una partida de 100.000 euros de sus fondos de emergencia para responder al llamamiento lanzado por la ONG en Malí.

Esta ayuda servirá también para apoyar los planes de acogida a los refugiados del país vecino que, en el marco de una acción conjunta, han puesto en marcha las Cáritas de Níger, Burkina Faso y Senegal.