Afganistán. Los explosivos improvisados han acabado con la vida de cinco militares españoles

MADRID
SERVIMEDIA

La muerte del sargento David Fernández Ureña es la quinta que provocan los artefactos explosivos improvisados (abreviados IED) entre los militares españoles en Afganistán; en este caso, por primera vez cuando intentaban desactivarlos.

Según los datos facilitados a Servimedia por el Ministerio de Defensa, uno de estos artefactos rudimentarios ya causó el 7 de octubre de 2009 la muerte del cabo Cristo Ancor Cabello Santana, cuando el carro BMR en que circulaba lo pisó durante una patrulla en el distrito de Pashtun Zarghun. Resultaron heridos leves otros cuatro militares.

El 1 de febrero de 2010 murió el soldado John Felipe Romero Meneses, cuando la 'Task Force Tauro' en la que participaba recibió un ataque con un IED durante el regrso a su base en Sang Atesh. Hubo también seis heridos leves.

Finalmente, el 26 de junio de 2011 el sargento Manuel Argudín Perrino y el soldado Niyireth Pineda Martín fallecieron por el estallido de otro artefacto de estas características instalado en la ruta Lithium.

Otros dos militares españoles han perdido la vida por la explosión de minas anticarro y dos más por la de una carga explosiva al paso de su BMR.

En total, la misión en Afganistán ha costado la vida a 101 miembros de las Fuerzas Armadas, la mayoría de ellos en los accidentes aéreos del Yakovlev-42 en mayo de 2003 y el del Cougar en agosto de 2005.

(SERVIMEDIA)
11 Ene 2013
KRT