Según informaron este miércoles las dos entidades, la iniciativa ha potenciado la formación de las enfermeras y promotoras de salud, ha mejorado la gestión de los recursos hídricos y ha aumentado el equipamiento sanitario de ambas comunidades locales.

Los bateyes son lugares que carecen de las infraestructuras básicas y de las mínimas condiciones de vida, con lo que sus aguas están contaminadas debido al mal uso de letrinas obsoletas y pozos ciegos.

Por este motivo, los proyectos de cooperación enfermera están dirigidos a corregir esta situación mediante la instalación de letrinas, bombas de agua y tinacos.

En Las Charcas y Aserradero, Fuden y Aecid han instalado cerca de 30 letrinas, una bomba de agua y seis tinacos.

A juicio de David Moreno, representante del Centro para el Desarrollo Local (Cadel), "ya se está viendo una acción que está solucionando un grave problema para estas comunidades", que tienen ya agua "muy buena".

Los bateyes también han recibido cerca de 200 mosquiteras, así como nuevos equipos de limpieza e higiene además de artículos sanitarios destinados a mejorar la calidad de vida de la población, en especial de las personas mayores, las mujeres embarazadas y los niños.