Así lo declaró el presidente en un acto en el que la Comunidad de Madrid donó 900 kilos de alimentos al comedor social María Inmaculada. "Deseo que se atienda a los ciudadanos madrileños porque tienen derecho a recibir la sanidad que pagan con sus impuestos. Los trabajadores no deben jugar con la salud de los ciudadanos. Es inadmisible que se hayan suspendido 4.000 operaciones y que se hayan eliminado más de 30.000 pruebas diagnosticas”, declaró González.

Asimismo, expuso que “los trabajadores sanitarios no deben usar los servicios públicos de salud para reivindicaciones particulares o sindicales, porque todo lo que reivindican es falso. No vamos a privatizar nada, sino todo lo contrario, la sanidad va a seguir siendo universal, pública, gratuita y de la máxima calidad, pero necesitamos ajustar nuestros gastos, como lo está haciendo cualquier familia española, necesitamos priorizar y reducir gastos”.

El presidente concluyó que “si los profesionales de la salud proponen alguna medida a través de la cual se consiga un ahorro efectivo del gasto público, nosotros la escucharemos y estaremos dispuestos a llevarla a cabo. Pero desde luego que lo que no podemos hacer es no racionalizar el gasto y generar déficit público porque lo único que conseguiremos así es perjudicar a la totalidad de los españoles, porque el Gobierno español tiene que cumplir con sus compromisos europeos para poder recuperar la actividad económica del país”.