Según comunicó la entidad a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), se contempla el cierre de 263 oficinas y una disminución de la plantilla estimada en 1.500 personas en el plazo de dos años.

Con estos ajustes, la entidad está en condiciones de recibir el apoyo financiero acordado y que supondrá una inyección de capital por importe de 604 millones de euros.

El banco concentrará su actuación, principalmente, en su territorio histórico (Castilla y León, Extremadura y Madrid), focalizando su negocio en los segmentos de particulares y pymes.

Además, traspasará a la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la

Reestructuración Bancaria (Sareb) aquellos activos que determina la ley,

lo que le permitirá reducir "significativamente" su exposición a la actividad de promoción inmobiliaria.

El plan establece también que la entidad procederá a la desinversión "ordenada" en su cartera de participaciones empresariales, así como a reducir el tamaño de su balance en un 30% hasta finales de 2017.

La entidad recuerda que el banco está afectado por restricciones al pago de dividendos establecidas para salvaguardar su solvencia.

La entidad explica que en las próximas semanas se conocerán los resultados de una 'due dilligence' que se está elaborando para determinar el porcentaje de la participación del FROB en el capital del Banco Ceiss.

Respecto al traspaso de activos inmobiliarios a la Sareb, y al tratamiento de las participaciones preferentes y obligaciones subordinadas, "a fecha de hoy se está trabajando con estimaciones; por tanto las cifras finales y el canje que se plantea para los titulares de productos híbridos no podrán conocerse hasta disponer de las valoraciones definitivas, aproximadamente en el mes de febrero de 2013".