En una comparecencia en el Senado, Crespo apuntó que “todo esto tiene un impacto muy directo en los ingresos de las familias (como compensación de gastos)”, y genera “nuevas barreras para los niños más vulnerables en su acceso a derechos básicos como el derecho a la educación o a una nutrición adecuada”.

Además, “da la impresión de que este tipo de ayudas son algo prescindible en estos tiempos”, agregó Crespo ante la comisión especial que estudia las nuevas formas de exclusión social como consecuencia del fuerte incremento del desempleo.

Crespo recordó que más de 2.300.000 niños españoles vivían en hogares por debajo del umbral de la pobreza en 2011, lo que representa un 27,2% de la población infantil (casi 6 puntos por encima de la media general).

Asimismo, el número de menores de 18 años en riesgo de pobreza ha aumentado en 300.000 desde 2008, mientras que la pobreza infantil “crónica” creció un 53% entre 2007 y 2010.

PROPUESTAS

En su intervención, crespo pidió avanzar hacia “la universalización de una educación de 0 a 3 años de calidad, gratuita para las familias con menos recursos y asequible para el resto”; favorecer especialmente el empleo de las personas con hijos menores a su cargo mediante políticas activas de empleo y de conciliación de la vida laboral y personal (sobre todo para familias con ambos progenitores en paro), y reforzar la protección social a los colectivos de infancia más vulnerables (niños inmigrantes, gitanos, niños en instituciones, niños con discapacidad e hijos de familias numerosas y monoparentales con bajos niveles de renta).

También instó a las administraciones a proteger las inversiones en políticas sociales de apoyo a la familia y a los niños, a elaborar un Plan Nacional de Infancia, a armonizar la legislación básica en este terreno, a garantizar unas prestaciones mínimas en todo el Estado y a situar a los niños en “el corazón de la agenda política”.