Según informó la Policía, la fábrica constaba de cuatro naves donde vivían hacinados los empleados, separados del exterior por una puerta escondida que sólo se podía abrir desde fuera.

Las investigaciones se iniciaron a raíz de una intervención de 400.000 efectos en dos naves en Alcalá de Henares (Madrid). Los agentes localizaron otras cuatro en un municipio del Corredor del Henares, donde se incautaron los 1,6 millones de objetos, seis máquinas traídas de China para fabricar falsificaciones y más de 80.000 euros en efectivo.

Por entonces, las dos primeras naves de Alcalá, que estaban precintadas, habían sido desvalijadas por otra banda, a la que la policía terminó decomisando otros 250.000 efectos falsificados. En la primera operación se detuvo al jefe de la red falsificadora y en esta segunda a tres individuos, que pensaban enviar los objetos a un almacén clandestino en Albacete y darlos salida en Navidad.