Así lo explicó el secretario de Estado de Seguridad Social, Octavio Granado, en declaraciones Servimedia, quien admitió que el Ejecutivo barajó la posibilidad de establecer una prestación universal como la de los asalariados.

No obstante, explicó que el Gobierno descartó este modelo por dos razones. La primera, porque contaba con el “rechazo frontal” de CEOE y Cepyme; y, la segunda, porque “nos parecía difícil que hubiera gente que viera esto como una ventaja”.

Por esta razón, finalmente la Administración optó por un sistema mixto, obligatorio para algunos colectivos y voluntario para el resto.

Granado subrayó que “una parte muy importante del colectivo no va a hacer uso de esta prestación”, por lo que es complicado obligarles a cotizar por ella. “En el régimen general hay una tradición y una cultura de cierta solidaridad, pero en el colectivo de autónomos esa cultura no existe”, afirmó.

“Me cuesta mucho explicarle a una persona que tiene una tienda abierta desde hace 40 años y que sabe que no la va a cerrar, que tiene que pagar unas cotizaciones de las se van a beneficiar otras categorías de trabajadores con los que comparte un régimen de cotización de la Seguridad Social pero no unas señas de identidad”, dijo.

En este sentido, el secretario de Estado comparó esta situación con la de los asalariados, donde hay personas, como los funcionarios, que “está claro que no van a hacer uso del paro, pero lo que está haciendo es ser solidarios con sus compañeros del sector privado”. Para Granado, esta "solidaridad" tiene parte de su origen en el movimiento obrero, que da cohesión al colectivo de asalariados.

"Los empleados por cuenta ajena trabajan para otro, existe más tendencia a reglas comunes, a una seña de identidad colectiva; pero los autónomos son autónomos, son trabajadores independientes", aseveró.

En cuanto al modelo de prestación elegido, el secretario de Estado admitió que "podemos habernos equivocado", pero que consideran que es lo mejor para poder crear un sistema voluntario y con una cuota pequeña.