Tras la semana “de revisiones presupuestarias” en Japón y la visita del presidente de Estados Unidos al país, Greenpeace espera que la salida de hoy de puerto de la “flota científica” ballenera “sea la última”.

Los ecologistas afirman que la caza de la flota ballenera en aguas antárticas estará subvencionada este año por 795 millones de yenes (seis millones de euros, aproximadamente) de los contribuyentes.

Sin embargo, alertan de que esta industria “opera actualmente con pérdidas” debido a la falta de demanda de carne de ballena (el precio de venta al por mayor se ha reducido por segunda vez en 2009 con la intención de estimular la poca demanda) y “se prevé que los costes aumenten”.

“El dinero público del pueblo japonés está siendo malgastado en mantener con vida una industria que no reporta ningún beneficio”, declara el director de Greenpeace en Japón, Jun Hoshikawa.

Hoshikawa cree que esta “investigación” japonesa en el Antártico “es una vergüenza internacional”, que arrastra “más de 9.000 rorcuales cazados en 22 años y ningún dato científico relevante aportado”.