El tribunal considera que Azurmendi incurrió en los delitos de pertenencia a banda armada, tenencia ilícita de armas, cambio de placas de matrícula, robo con intimidación, y robo con fuerza, por lo que le impone, además de los 28 años de prisión, una multa de 2.750.000 pesetas.

En agosto de 1994, "Hankas" e Idoia Martínez, según reconoció el propio mimbro de ETA en otra investigación, vivían en la capital como liberados del "comando Madrid", y vigilaban un convoy militar contra el que pretendían atentar.

La sentencia relata que los dos etarras circulaban por Madrid en un Volkswagen Polo-Coupé con matrícula falsa, que habían robado el mes anterior. Al hacer un giro indebido, un coche patrulla de la Policía Municipal, ocupado por dos agentes, siguió al vehículo en el que viajaban el condenado y su acompañante por las calles madrileñas, hasta que Azumendi se detuvo.

Cuando los policías descendieron del vehículo para hacer el parte de denuncia, el condenado y su acompañante extrajeron, de una riñonera y del bolso, sendas pistolas con las que encañonaron a los funcionarios, a los que obligaron a entregarles sus armas reglamentarias. Tras esto, les obligaron a caminar por la misma calle hasta que escaparon en el coche robado, que fue encontrado tres días después en un lugar próximo a la zona donde ocurrieron los hechos.

Más tarde ambos etarras uyeron a Francia, ante la posibilidad de ser identificados, hasta que fueron extraditados a España, donde están procesados en diversas causas.