Amnistía manifiesta que como consecuencia de la actuación municipal nuevas familias se ven obligadas a dormir a la intemperie, en furgonetas, entre escombros, o a refugiarse en casa de familiares. Tras estos derribos, agrega, en el poblado sólo queda en pie una vivienda y un lugar de culto.

Asimismo, explica que los dos nuevos derribos llevados a cabo ayer comprenden una construcción que los residentes utilizaban como escuela y una vivienda. “Las 19 personas que ahí dormían se han quedado sin techo que les cobije, y la escuela era el lugar donde se cobijaban varias familias”, indica la organización.

Respecto a la otra vivienda derribada, la organización afirma que el auto judicial que autorizaba la entrada en domicilio había sido recurrido en apelación por la familia ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, “por lo que el caso no estaba cerrado”.

Según AI, el Ayuntamiento está incumpliendo sus obligaciones en materia de derecho a la vivienda, además de no estar consultando a las personas afectadas antes de proceder a los derribos de sus viviendas ni garantizar alojamiento alternativo adecuado.