Llega la hora del Ejército afgano con la incertidumbre sobre su preparación

- Las fuerzas del país han asumido la seguridad de la provincia de responsabilidad española

MADRID
SERVIMEDIA

El Ejército y la Policía de Afganistán han asumido este mes de noviembre el liderazgo de la seguridad en la provincia de Badghis, el ‘bastión’ de España en el país asiático, en lo que es una verdadera ‘prueba de fuego’ en la que deberán despejar las dudas generadas sobre su preparación para hacer frente a la amenaza talibán.

Las tropas españolas, a través de sus equipos de instrucción, llevan meses preparando a los afganos para este momento. En el horizonte está el salto al vacío que se producirá a partir del 31 de diciembre de 2014, fecha en la que las tropas internacionales de la misión de OTAN abandonarán Afganistán y las instituciones afganas deberán garantizar por si solas la seguridad y el futuro del país.

Mientras los militares españoles se han encargado de “profesionalizar” al Ejército Afgano, miembros de la Guardia Civil han hecho lo propio con la policía del país.

En las últimas operaciones contra los talibanes, las tropas españolas superaron la etapa del ‘codo con codo’ y dieron un ‘paso atrás’ para que fuesen los militares afganos los que asumiesen el peso de la misión. La denominada ‘Operación Portman’, ejecutada el pasado 20 de octubre para aliviar la presión insurgente sobre la crucial ‘Ruta Lithium’, fue planeada y liderada por los afganos, mientras que las fuerzas españolas se limitaron a realizar labores de asesoramiento y se mantuvieron en la retaguardia.

Esta va a ser la tónica a partir de ahora. De la instrucción ‘hombre a hombre’, realizada a través de los denominados OMLTs, se ha pasado a un trabajo de asesoramiento global.

El traspaso de la responsabilidad del liderazgo de la seguridad se oficializó con una ceremonia que tuvo lugar el pasado 4 de octubre en la base que España tiene en Qala-i-Naw, la capital de Badghis. El entonces jefe del contingente español, el coronel Luis Cebrián, fue el encargado de firmar de forma simbólica la cédula de transferencia al general Dawood Sha Wafadare, jefe del Ejército Afgano (ANA) en la provincia.

‘ESTÁN PREPARADOS’

El coronel Cebrián aseguró en una entrevista concedida a Servimedia en la base de Qala-i-Naw que los afganos “están preparados para acometer la situación por sí mismos”. El jefe de las fuerzas españolas en Afganistán hasta el pasado 11 de noviembre, cuando traspasó el mando de la misión tras seis meses en el país asiático, se mostró convencido de que la unidad del ANA desplegado en Badghis es capaz en la actualidad de “desarrollar operaciones por sí sola” y “está en condiciones de robarle la iniciativa a la insurgencia”.

Cebrián, de la Brigada Paracaidista, también destacó su capacidad para “actuar con sistemas de planeamiento militar” y de “integrar apoyos de combate”, como elementos de artillería, de ingenieros, de desactivadores de explosivos y de reconocimiento. Destacó además que el ANA “ha aprendido procedimientos distintos de los de las prácticas habituales de las campañas de las guerras de los muyahidines” y espera que ahora respeten “las leyes y los usos humanitarios de la guerra”.

PRECAUCIÓN ANTE LOS INFILTRADOS

El general Dawood Sha Wafadare, jefe del Ejército Afgano en la provincia de Badghis, está convencido de que su tropas se harán con el control de la región y eliminarán la resistencia talibán cuando las fuerzas españolas ya no estén. “Nadie ha podido con nosotros en 5.000 años de historia, Afganistán es un cementerio de emperadores”, dijo en una entrevista concedida a Servimedia.

El general, de 55 años, de origen pastún y casado con dos mujeres, manda sobre la brigada del ANA que opera en Badghis, con aproximadamente 2.600 efectivos, 500 vehículos y algunas piezas de artillería pesada y de mortero.

El propio Gobierno afgano calcula que hay unos 1.000 talibanes operando en Badghis, a los que hay que sumar aquellas personas que les apoyan –libremente o bajo coacciones- en las áreas que controlan. La insurgencia todavía se siente relativamente segura en zonas como Bala Murghab, Sang Atesh (donde hay una base avanzada española), Turisheikh, y algunas partes del distrito de Jawand.

Wafadare explicó además que se han extremado las medidas de preocupación para prevenir la infiltración de talibanes e insurgentes entre sus filas, un fenómeno conocido como 'green on blue' que ha causado varias bajas en las tropas de la coalición internacional que operan en el país. Precisamente el pasado 10 de noviembre un teniente español del equipo de instrucción resultó herido leve después de que tres hombres vestidos con el uniforme del Ejército afgano atacasen un cuartel de las tropas del país asiático en Moqur, al noroeste de Badghis.

“Tenemos una unidad para contratar personal que tiene unas medidas muy avanzadas para controlar a cada persona que quiere entrar en el ejército, les hacen un estudio, lo analizan bien para ver si es insurgente”, señaló el general. También apuntó que su equipo de inteligencia “utiliza todas sus medidas para ver si las personas son talibanes”.

DUDAS SOBRE LA PREPARACIÓN

A pesar del aplomo de las palabras de Wafarade, las patrullas que realizan de forma conjunta militares españoles y afganos demuestran que todavía hay más de un aspecto que limar. En estas misiones, a veces algo se tuerce y es necesario adoptar un tono enérgico para corregir deficiencias que no deben repetirse.

“¡Es la última vez que pasa esto, nos jugamos mucho, nos jugamos la vida, que sea la última vez!”, señalaba con tono firme el pasado 22 de octubre el comandante Alberto Fajardo, jefe de uno de los equipos de instrucción al ANA. Su interlocutor era el teniente coronel Said Mirza Sha Amiry, jefe de operaciones del batallón del Ejército Afgano que actúa en la zona de Moqur.

El origen de la reprimenda fue un error en el despliegue de los efectivos afganos debido a un problema de enlace. Las tropas del ANA que iban en vanguardia pusieron su transmisor una frecuencia equivocada.

“Un día nos van a pegar un tiro por eso, nos la jugamos, si hay que cambiar al oficial de transmisiones se cambia”, le dijo Fajardo, con la ayuda de un intérprete, al teniente coronel afgano.

El comandante español confesó que han cogido “cariño” a las tropas afganas. Aun así, coincide con otros muchos militares en señalar los puntos débiles del ANA: el apoyo aéreo –cuentan con pocos helicópteros y aviones y encuentran serias dificultades para formar a pilotos- y la desactivación de explosivos.

“Cuando se vayan los españoles estaremos preparados”, aseguró en respuesta el teniente coronel afgano Amiry. Se calcula que en la actualidad mueren cada día de media entre 10 y 15 afganos, según fuentes del mando de la OTAN consultadas por Servimedia.

(SERVIMEDIA)
25 Nov 2012
DCD/gja/caa